El PCAN pide que los molinos restaurados recuperen su maquinaria para hacerlos visitables por dentro para el turismo

La rehabilitación sólo de su parte exterior deja una imagen de "cartón-piedra" ajena a la importancia etnográfica de los mismos y de escaso interés para los visitantes

Un atractivo turístico desaprovechado. El Partido Cantonal de Cartagena pide al Ayuntamiento que recupere la maquinaria del al menos uno de los molinos restaurados en los últimos años de titularidad municipal. La rehabilitación de la fachada, el chapitel y el palo guía de los molinos del Monte Sacro en el casco histórico, de las Piedras en Los Mateos y del Tío Pichorro en El Algar ha sido un avance pero ha quedado corta. De cara al exterior dan una imagen de "cartón-piedra" ajena a la importancia etnográfica de estas edificaciones singulares y de escaso interés para los visitantes.

El PCAN propone, con la completa restitución de las piezas interiores de una de estas unidades, la creación de un centro de interpretación de esta actividad secular tan característica de la Comarca del Campo de Cartagena de punta a punta de sus latitudes. Esta iniciativa haría visitable el interior de los molinos e incluso un maestro harinero pondría en funcionamiento los engranajes en un horario determinado como un reclamo turístico hasta ahora inexistente y muy novedoso en la zona. De hecho, el municipio de Campo de Criptana, en la provincia de Ciudad Real, destaca hoy en día como un polo turístico de primer orden desde que hizo visitables por dentro los molinos Burleta, Infante y Sardinero. El resto de la mítica imagen quijotesca sólo conserva la fachada como en Cartagena.

El Partido Cantonal de Cartagena considera que, de entre los tres molinos municipales restaurados hace poco, el de las Piedras de Los Mateos cumpliría mejor este propósito en una acción de escaso coste económico para las arcas municipales. La torre de este molino, de forma tronco-cónica, tiene 7,30 metros de altura, con 4,50 de diámetro en la base y 3,80 en la coronación. La intervención municipal ha rehabilitado sus tres plantas interiores mediante cámaras con forjados de madera. El primer nivel, con ventanas al exterior, era la estancia para el molinero, mientras que el piso superior, debajo del chapitel, albergaba la maquinaria de molienda desde done transmitía el giro de las aspas al eje del aire. El Ayuntamiento tendría fácil el acondicionamiento de plazas de aparcamiento en la falda del promontorio donde se erige junto a la carretera de La Unión.

El Molino del Monte Sacro presentaría mayor dificultad ya que su último uso, y durante un largo periodo de tiempo, fue de vivienda y, por el mismo motivo, quedó desvirtuada su actividad de puertas para adentro. El Molino del Tío Pichorro de El Algar sí conserva sin embargo toda la maquinaria y presenta desde el minuto cero esta posibilidad que plantea el PCAN. Pero tiene el problema de que al estar incrustado entre dos casas ha resultado imposible la recomposición de su arboladura y el botalón luce huérfano de brazos y velas. Esta circunstancia impide completamente su puesta en marcha con fines turísticos.

Todos los molinos de viento del Campo de Cartagena tienen la catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento. La última catalogación muestra la existencia de 180 unidades de estilo cartagenero con vela latina como aspas. La primera documentación de la existencia de los mismos data del siglo XVI en el cerro del Molinete.

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