Parón en seco a uno de los que eran proyectos estrella del primer periodo de alcaldía de Noelia Arroyo. El Partido Cantonal de Cartagena denuncia que las obras de restauración del Fuerte de Despeñaperros llevan más de un año paradas. En concreto, desde que la empresa adjudicataria de la segunda fase de la rehabilitación, Jumabeda, quitara el andamiaje que facilitó los últimos trabajos a finales del año 2023. Desde entonces, la tercera fase de la recuperación sigue pendiente y ni siquiera está licitada ni prevista en los Presupuestos municipales de 2025. Ni una sola palabra dedicó la primera edil a la fortificación ubicada junto al antiguo Cuartel de Antiguones, actual sede de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de la UPCT, en la presentación y debate de las cuentas generales del Ayuntamiento para este año.
Durante la primera fase, concluida en el verano de 2021 y con un coste de 59.000 euros, la intervención permitió el refuerzo estructural tanto en las esquinas de ladrillo de cada uno de los lienzos, así como la recuperación de la base de la moldura de coronación que daba paso a las almenas no conservadas. De esta manera, la cimentación de los paramentos quedó estabilizada y los técnicos consiguieron también la consolidación de la coronación del monumento. La primera consecuencia visible fue la puesta en valor de un tramo en la cara nororiental desde el lienzo hasta la base de la cornisa.
La segunda fase tuvo mayor calado y, en la misma, el Ayuntamiento invirtió 150.000 euros, durante la segunda mitad de 2023, en loslienzos correspondientes a la parte sur de la fortaleza de fácil apreciación desde la Avenida Trovero Marín, más conocida como Cuesta del Batel. Como consecuencia del mal estado de estos muros, los trabajos incidieron en una severa reposición de su alzado hasta la base de la plataforma artillera. De gran importancia, destacó también larenovación de la hilada de ladrillo macizoque servirá de base para futuros proyectos de restitución del cordón sobre el que se alzará el parapeto y los merlones.
El plan director, ya aprobado por la Dirección General de Patrimonio Cultural, plantea dos fases más en la restauración integral del edificio incluido el cuerpo de guardia, guarnición, garitas, cocina y la adecuación de las explanadas inferior y superior que permitan la creación de un mirador excepcional sobre el casco histórico, el frente marítimo y el Castillo de los Moros. Incluso, este documento contempla la construcción de un edificio al final del recorrido que contenga una cafetería y una tienda de suvenires, en la ladera norte del cerro. El monumento cuenta con la catalogación de Bien de Interés Cultural desde 1997. Su construcción tuvo lugar a mediados del siglo XIX y corona una de las cinco colinas que determinan la topografía del recinto amurallado de Cartagena.