Arroyo y su gobierno han aprobado un proyecto de presupuestos desilusionante para Cartagena, pensando en pequeño y rechazando la enmienda a la totalidad y 14 parciales que planteaba MC Cartagena para salvar al municipio de su desidia e incapacidad de gestión.
MC ha defendido una serie de enmiendas relacionadas con la construcción de un gran espacio para acoger conciertos y festivales, mejoras en accesibilidad, mayor descentralización y participación vecinal o la digitalización del transporte urbano, entre otros asuntos. Iniciativas y acciones que precisa Cartagena para crecer, y que Arroyo se niega a poner en marcha.
El gobierno de PP y Vox tiene una cuenta pendiente con la transparencia. "Parecen estar en contra de la concurrencia competitiva y cada vez son más las subvenciones que conceden", explica la concejal de MC Cartagena, Isabel García. Someter el proyecto de presupuestos a este Pleno no es más que un trámite para el gobierno de Arroyo, "un año más nos lo han facilitado con el tiempo justo, sin sentarse a dialogar para obtener un documento de consenso, algo a lo que nos tienen acostumbrados", subraya. Además, tampoco se han detenido a valorar las enmiendas presentadas, cuya intención es la de enriquecer el documento y dar respuesta a las demandas reales de los cartageneros.
Migajas pactadas
Sin embargo, el Gobierno local sí que ha tenido a bien aprobar dos enmiendas que han llegado al Pleno de forma sorpresiva, y que evidencian un pacto previo de una concejal del grupo municipal, que viene trabajando sus iniciativas con otros grupos desde hace meses, y este caso con el gobierno, siempre a espaldas de MC Cartagena. Dos enmiendas que servirán para adecuar campos de bolos cartageneros y fomentar la música clásica en el municipio con 50.000 euros en total, por lo que no dejan de ser migajas con respecto a un presupuesto de casi 275 millones.
Más préstamos e impuestos
Centrándonos en datos concretos del presupuesto, en cuanto a los ingresos, aseguran que ascienden a 11,5 millones, pero de este aumento, 8 millones de euros corresponden a un préstamo, ya que lo necesitan para cuadrar sus números; otros 2,5 millones se deben a impuestos indirectos y 1,3 millones a impuestos directos. Más préstamos que los cartageneros tendrán que seguir arrastrando, al mismo tiempo que sufren la subida de impuestos de Arroyo, a pesar de que lo negaron.
Además, pretenden aumentar la recaudación en 1,5 millones del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras, por lo que parece que "en Cartagena los únicos que notan la bajada de impuestos son los de Repsol, a los que hace un par de meses sí que les dejaron más de 3,6 millones de euros en los bolsillos", señala la edil de MC.
Por otro lado, del total del presupuesto con el que contaba el gobierno de Arroyo para inversiones, se han dejado sin gastar el 85%, y de cara al 2025 han reducido el presupuesto en este ámbito en 2,8 millones de euros.
Una cuestión que también no existe en el documento es la importancia de Vox en los números que presentan, ya que de un total de 275 millones, tan solo 15 millones, un 5%, va destinadas a las concejalías de Vox, dejando clara su mera labor de comparsa del Gobierno local.
Venden inversiones, ejecutan recortes
La concejalía de Patrimonio sufre un recorte de casi medio millón de euros, que se acumula al que ya sufrió en 2024. En cuanto a la vivienda, venden un impulso en esta materia de 500.000 euros, de los cuales, 400.000 euros serán transferidos a Casco Antiguo para esquivar la regla de gasto.
Venden también un "impulso social", mientras recortan casi un millón de euros en las partidas destinadas a Servicios Sociales, reduciéndose algunos programas y otros, desapareciendo. En materia de seguridad ciudadana, recortan más de 1,2 millones de euros, y destinan tan solo 100.000 euros para edificios y otras construcciones, insuficiente para construir los cuarteles de Policía Local en Cuesta Blanca o Los Dolores.
En definitiva, un proyecto de presupuestos decepcionante para Cartagena, que no da respuesta a las necesidades del municipio, por lo que "más les valdría cerrar la oficina de proyectos y abrir la de realidades", sentencia Isabel García.