El Ayuntamiento de Cartagena está elaborando los presupuestos del próximo año desde la solidez de unas cuentas con un superávit previsto de más del 9 %, capacidad de endeudamiento y un incremento en los ingresos, sin subida de impuestos, según ha explicado este viernes 18 de octubre la alcaldesa, Noelia Arroyo, tras analizar en la Comisión de Asuntos Económicos los informes elaborados por los funcionarios responsables de las áreas económicas y presupuestarias.
“Estos informes, que analizan la situación actual y proyectan el cierre del ejercicio, confirman que el Ayuntamiento está llevando a cabo una gestión financiera sólida y solvente. Cumplimos estrictamente los objetivos de estabilidad presupuestaria y mantenemos un control riguroso de la deuda que nos permitiría seguir financiando inversiones con operaciones de crédito y sin subir impuestos. Seguimos bajando deuda, pagamos a nuestros acreedores con mayor rapidez que otras administraciones y, además, aumentando bonificaciones”.
Según estos datos, el remanente de tesorería asciende a 9,5 millones de euros, lo que da al ayuntamiento capacidad para reducir su periodo medio de pago a proveedores 13,66 días, muy por debajo del límite legal de 30 días. Según explicó la alcaldesa sobre datos del Ministerio de Hacienda, Cartagena paga tres veces más rápido que la media de los ayuntamientos españoles, que se sitúa en 41 días, y dos veces más rápido que las administraciones central y autonómica, cuyo promedio de pago oscila entre 25 y 29 días.
Los informes elaborados por el interventor general del Ayuntamiento, el tesorero municipal y el jefe de la Oficina Económico-Presupuestaria subrayan, la capacidad del Ayuntamiento para cumplir con las exigencias de estabilidad presupuestaria impuestas por el Gobierno central. El Ayuntamiento elabora el presupuestos condicionado por la ausencia, por segundo año, de unos Presupuestos Generales del Estado, la obligación de la regla de gasto que limita el crecimiento y la imposición de un superávit del 0,2%. Arroyo ha explicado que el ayuntamiento tiene un margen de financiación de 25,8 millones de euros, lo que le sitúa con un superávit del 9%, muy por encima de lo exigido y que cumple la regla de gasto.
Arroyo ha explicado que el control de la deuda sigue siendo una prioridad para el equipo de gobierno y las proyecciones de los funcionarios establecen una bajada del 66% de la deuda en esta legislatura. .Actualmente, el nivel de deuda consolidada es de 70,4 millones de euros, lo que representa un 29,07 % de los ingresos corrientes, muy por debajo del límite del 75 % permitido.
Esta situación ha permitido al Consistorio mantener una política fiscal moderada, sin subir impuestos ni tasas, con la excepción de la tasa de basuras obligada por la normativa estatal, que ha aumentado un 17,55 % para cubrir los 3 millones de euros de déficit del servicio. “En toda España están subiendo las tasas de basuras; en Valencia, por ejemplo, el aumento ha sido del 23% y en Vitoria, han llegado al 85%”, explicó Arroyo.
Congelación de impuestos
Además, la alcaldesa subrayó que, de haberse optado por subir el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) al nivel de otras ciudades, que lo ha aumentado un 9,5 % acumulado en 2024 y 2025, Cartagena habría recaudado 6,5 millones de euros adicionales. Si también se hubieran incrementado las tasas y precios públicos en línea con la inflación acumulada del 21,2 % entre 2020 y 2025, el Ayuntamiento habría sumado 4,8 millones de euros más a sus ingresos. “Nosotros hemos decidido no cargar este peso sobre los cartageneros y, solo por esos conceptos, dejamos en sus bolsillos 11,3 millones de euros.
En definitiva, los datos reflejan que el Ayuntamiento de Cartagena sigue una gestión financiera sólida, con la capacidad de seguir reduciendo la deuda, cumpliendo con los objetivos de estabilidad presupuestaria y asegurando más ingresos sin recurrir a subidas de impuestos. La alcaldesa concluyó asegurando que el Ayuntamiento está preparado para “seguir mejorando los servicios e infraestructuras de la ciudad, sin comprometer el futuro económico y la capacidad de inversión”.