A medio terminar. El Partido Cantonal de Cartagena exige a la Comunidad Autónoma la culminación del arreglo de la carretera de La Aljorra. Las obras de la vía RM-602, que une la Autovía A-30 con la factoría de Sabic, terminaron a finales del año pasado pero quedaron pendientes los tramos tanto de inicio como de salida a la citada autovía. Un buen número de conductores ha contactado con el PCAN y muestran su queja porque esta parte del trayecto sin arreglar está cada vez peor. Los automóviles alcanzan, en el sentido desde La Aljorra, gran velocidad por las buenas condiciones del nuevo vial y cuando llegan a los agujeros de la calzada rota sufren incluso pinchazos. La degeneración del firme va en aumento según pasan los años como consecuencia también de la gran cantidad de camiones de gran tonelaje que usan la vía.
El nuevo asfalto de la RM-602 a lo largo de 8,7 kilómetros supuso una inversión de 3,8 millones de euros por parte de la Consejería de Fomento. La intervención llegó después de multitud de parches en el asfalto que hacían el firme casi intransitable. El pavimiento llevaba décadas sin una capa integral de alquitrán que solucionara el problema. Fue una obra tan demandada durante lustros como necesaria. Por eso, el trayecto sin aún nueva capa asfáltica presenta tantas carencias para la circulación. Cada día, transitan por este vial casi 8.000 vehículos aunque preocupan en especial aquellos que transportan mercancías peligrosas con destino a la fábrica de plásticos de la diputación de La Aljorra. Un accidente por el estado de la carretera tendría graves consecuencias para los núcleos poblacionales cercanos como Miranda, Santa Ana y la propia localidad aljorreña.
En la parte reformada, la empresa adjudicataria, González Soto, utilizó una mezcla bituminosa en caliente, más conocida como aglomerado asfáltico, hasta el kilómetro 7,8. Desde este punto hasta la industria petroquímica, el firme fue reforzado. También mejoró la seguridad vial mediante la instalación de 209 puntos de señalización vertical y horizontal, y elementos de balizamiento, como dispositivos retrorreflectantes, de distintas formas, tamaños y colores, a lo largo de la plataforma de la calzada.