Las declaraciones institucionales propuestas por MC Cartagena han obtenido el respaldo de la Corporación municipal, relativas a la creación de nuevas aulas abiertas para niños con discapacidad, y el rechazo a la granja de acuicultura que el Gobierno regional está tramitando y que se instalaría frente a La Azohía.
A través de esta declaración institucional, el Pleno del Ayuntamiento de Cartagena insta a la Consejería de Educación a la creación de nuevas aulas abiertas para niños con discapacidad en el municipio, además de ampliar las ya existentes. Todo ello, con el objetivo de garantizar que todos los niños con necesidades educativas especiales puedan recibir la atención que necesitan lo más cerca posible de su lugar de residencia.
Nuestro municipio enfrenta una grave falta de plazas en aulas abiertas destinadas a niños con discapacidad, lo que hace que muchos de éstos estén siendo asignados a aulas convencionales, donde no reciben el nivel de atención educativa que necesitan, lo que perjudica su desarrollo y bienestar.
Por ello, es necesario un estudio detallado de las necesidades actuales en cada zona del municipio, considerando también la distribución geográfica y demográfica, para determinar la cantidad y ubicación exacta de estas nuevas aulas abiertas. Además, las mismas deberían contar con los recursos adecuados y el personal especializado en la atención de niños con discapacidad, asegurando así un entorno educativo de calidad.
Rechazo a la granja de acuicultura en La Azohía
El Pleno del Ayuntamiento de Cartagena también ha expuesto la declaración institucional propuesta por MC para mostrar el rechazo a la granja de acuicultura que el Gobierno regional está tramitando frente a las costas de La Azohía e Isla Plana.
Se trataría de una instalación para el cultivo de corvina y seriola que estaría a unos 6 kilómetros del núcleo urbano de La Azohía, y que pondría en peligro una actividad económica tan importante para los vecinos de esta zona como es la pesca, especialmente a La Almadraba de La Azohía, considerada Bien de Interés Cultural.
La instalación de esta granja afectaría directamente a los flujos migratorios de los atunes, teniendo también en cuenta el ruido que éstos provocan y los nutrientes de la propia granja. Además, a todo esto se le une el deterioro ambiental, la contaminación y el propio impacto visual que, a medio plazo, afectarían al modo de vida de los habitantes de la zona y, por supuesto, a la actividad pesquera de la almadraba.
La actividad pesquera es la única del sector primario que queda en La Azohía, por lo que su cierre conllevaría el declive económico de la zona.