Los cuadros del Colectivo 'Ars Icue', un grupo de 11 artistas heterogéneos y eclécticos se exponen en la Sala 'Carlos Gallego' del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy entre este miércoles 4 de septiembre y el 18 de octubre.
Los artistas participantes (Alberto Mateos, Jesús Lorente "La Sombra", Miriam R, Julio Nieto Molina, Nandy Barroso, Hell Nuki, Isidoro Conesa, Mota, Ceyma CM, Eusebio Martínez Saura y Melquíades Ramos), provienen de campos tan diversos como la artesanía, el graffiti, la ilustración, el diseño, el cómic y, como no, la pintura, el idioma en el que dialogan juntos en esta muestra.
Para conocer al grupo de artistas que participan en esta exposición colectiva, quizás sería bueno saber de dónde vienen. Y vienen de donde surgen todos los artistas, porque todos ellos, desde que nacen, siguen la misma evolución (o tal vez habría que decir maldición).
Llegan al mundo con una extraña sensibilidad hacia las formas y colores, y con las formas y colores se tratan como iguales,se conocen, se comunican, se sienten. Se respetan. Se saben. Y ya desde muy pequeños, tal vez en el colegio, descubren que el resto de niños y niñas, el germen de esa futura sociedad,parecen tener esta misma inquietud;todos dibujan y colorean,a todas horas,y no sólo eso,sino que se comunican entre sí por medio de estos dibujos.
Pero el tiempo pasa,y llegan los 11, 12 ,13 años y se empieza a dejar la pubertad, y a mirar de lejos a la adolescencia venir. Entonces,como si de una extraña e inesperada epidemia se tratase,la casi totalidad de los niños y niñas dejan de comunicarse entre ellos y los demás dibujando. Nuestro joven, nuestra joven artista se queda en soledad y tristeza,arrojado a un mundo que de pronto se descubre mudo,ciego y sordo a las formas y colores de antaño.
Pero su intuición le habla,y le dice que debe continuar (de hecho, no podría dejar de hacer otra cosa),y una tarde de otoño, de esas tardes en que la luz no parece luz sino polvo cobrizo y sonreímos sin saber porqué, nuestro joven artista se enfrenta a su imagen frente a un espejo, y se hace la siguiente promesa: Que el resto de su vida la dedicará a continuar con los dibujos y con los colores, y no sólo eso, sino que creará los trazos que sus amigos y amigas ya nunca harán; esos dibujos nacerán, y comunicarán al mundo emociones y sentimientos,como antes.
Vivirán por su mano en los espacios vacíos,crecerán en el tiempo por su corazón. Es una promesa importante,de esas que se sellan con una mirada fija y apretando la mandíbula.Se acabó un mundo,¡pues bien,haremos otro! Y el joven Dios,la joven Diosa,se girará para atender al bocata de nocilla que le ha hecho su madre,y crecerá. Y se convertirá en Eu ,o en Mota,o en Mirimeri o en Julio Nieto o en Alberto Mateos,en Melquíades Ramos o Isidoro Conesa, en Jesús Lorente o en Ceyma, en Nandy o en Hell Nuki.
Y se conocerán en la extraordinaria ciudad de Cartagena,y se unirán en un grupo de artistas llamado Ars Icue,y presentarán esta exposición hoy aquí. Y seguirán luchando por exponer,y haciendo esculturas,y pintando, por difícil que sean las circunstancias. Y no lo harán por dinero, o por ego, o por afán de pasar a la posteridad, sino porque hace muchos años, una tarde de otoño, de esas tardes en que la luz no parece luz sino polvo cobrizo y sonreímos sin saber porqué,se hicieron a ellos y ellas mismas una promesa delante de un espejo. Y ellos son de los que cumplen sus promesas...