La tierra transforma al hombre, y el hombre transforma la tierra. Desde que nacemos, vamos conociendo todo aquello que nos rodea, herencia de antiguas generaciones que fueron dejando, a su paso, las huellas de sus aportaciones a lo que hoy es la historia de nuestro territorio. Algunas de ellas son efímeras acciones que se quedan en el recuerdo y solamente la tradición tiene la responsabilidad de trasladar de padres a hijos; otras muchas labradas con martillo y cincel, elaboradas en el horno de un alfarero, realizadas de forma artesanal, construidas forjando el hierro… y todas ellas, en su conjunto, conforman nuestra historia y nuestro patrimonio.
A lo largo de los siglos, en esta nuestra tierra, se sucedieron diversas civilizaciones y multitud de acontecimientos que dieron lugar, algunos de ellos, a nuestra destrucción, en algún caso casi por completo, y otros a la conservación hasta nuestros días de lo que hoy conforma nuestro patrimonio histórico y cultural.
Esta asociación nació, entre otras cosas, y bajo la presidencia de Pepita Muñoz, para mantener el legado de nuestros antecesores, para velar por su protección y trasladar a generaciones futuras todo aquello que seamos capaces de conservar. Pepita siempre estuvo muy preocupada por ello; buen ejemplo fue su lucha para la reconstrucción de la Catedral de Cartagena, y es bien sabido todo lo que hizo desde que inició su lucha a finales del siglo pasado. Su gran preocupación fue siempre dar el testigo de su lucha a nuevas generaciones, para que nuestro patrimonio, nuestra historia y nuestra identidad se mantuvieran de la mejor forma posible.
Por todos es sabido que Pepita nunca se limitó solamente a la defensa de nuestra querida Catedral, sino que se preocupaba de todos y cada uno de los elementos que conforman nuestro patrimonio. También es bien sabido que ella tuvo muchos apoyos, pero sobre todo, consiguió dar con una persona que no solo entrega su corazón a la lucha por el patrimonio, sino que además conjuga esta pasión con un elemento muy importante: su titulación en Derecho. Siendo ambos tan difíciles de encontrar en una sola persona, coincidió que se dio en alguien que estaba dispuesta a dedicar todo su amor a su tierra, todo su tiempo y todo su esfuerzo en mantener nuestro patrimonio.
Donde quiera que vayas, allí encontrarás algún elemento de nuestro patrimonio del que se ha preocupado en proteger María Dolores Ruiz, hilo conductor de todos y cada uno de nuestros tesoros. Y es porque María Dolores colabora en segundo plano con aquellos que quieren poner su granito de arena, como es el caso de nuestra asociación, el motivo por el que hoy queremos mostrarle nuestros respetos y poner en relevancia su trabajo y, sobre todo, agradecer todos los esfuerzos, que no son pocos, que ha hecho, hace y, estamos seguros, seguirá haciendo por nuestra querida Cartagena y su comarca.
Va por ti, María Dolores. Nos gustaría enumerar todos aquellos elementos de nuestro patrimonio en los que has colaborado de una u otra manera, o por los que has luchado, como ejemplo, nuestros Molinos del Campo de Cartagena, El Monasterio de San Ginés de la Jara, o las Ermitas del Miral, pero mucho nos tememos que la lista sería interminable. Sabes que te queremos, sabes que te necesitamos, y nosotros sabemos que siempre, siempre, siempre podremos contar con tu inestimable ayuda, y sabes que tú con la nuestra.
Por todo eso y también en nombre de los que ya no están, queremos darte las GRACIAS.