Al borde de su desaparición. El Ayuntamiento de Cartagena paraliza la restauración del panteón de la familia Martínez de la Peña del Cementerio de Nuestra Señora de los Remedios de Santa Lucía. Este artístico monumento pasó a la propiedad municipal tras veinte años de impago de la correspondiente cuota, según las tasas en vigor. Por su avanzado estado de deterioro corre el riesgo de colapso y, por la tanto, de derrumbe. Los anclajes metálicos del interior del monolito han aumentado de volumen por un proceso de corrosión y tensionan los elementos pétreos que revisten la peana con forma de obelisco. Esta emergencia obligó a la Concejalía de Patrimonio al encargo del proyecto de rehabilitación a la profesora de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Edificación de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) María José Muñoz Mora. Esta arquitecta entregó el trabajo, por importe de 9.800 euros, hace un año pero la obra ni siquiera está en proceso de licitación.
Tanta demora agrava que el esplendoroso sepulcro caiga al suelo en cualquier momento. Además, en opinión de la propia Muñoz Mora en declaraciones al Partido Cantonal de Cartagena, el proyecto después de tanto tiempo cabe la posibilidad de que no sirva. "Tras tantos meses, los ya castigados materiales de la construcción habrán empeorado aún más y el trabajo puede quedar obsoleto", indica. La arquitecta tampoco entiende el retraso ya que, a día de hoy, ni el camposanto ni el mausoleo tienen declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) y, por lo tanto, no hace falta la petición de permiso a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma. Trámite que siempre atasca el inicio de la ejecución de los trabajos.
El monumento funerario fue diseñado por el escultor Francisco Requena y construido en 1872, cuatro años después de la apertura del principal cementerio de Cartagena. Su ubicación corresponde a la primera fila del eje-bulevar que ordena el recinto, en la terraza que antecede a la iglesia, a la izquierda en sentido de ascenso. El mausoleo ocupa una planta de 32,9 metros. En el centro del conjunto hay un pedestal de mármol coronado con una estatua que representa un ángel adolescente de rizados cabellos y vestido con túnica de multitud de pliegues. La escultura celestial alza su brazo derecho al cielo y en el brazo izquierdo porta una rama de olivo. Los laterales del monolito cuentan con la decoración de finas pilastras verticales que enmarcan simbólicas figuras femeninas. La restauración integral obliga al desmontaje de todas las piezas de la obra y a la reconstrucción por completo como única fórmula para la consecución de su supervivencia.