El Partido Cantonal denuncia que el Ayuntamiento bloquea el desarrollo urbano de la zona oeste

La Concejalía de Urbanismo niega el crecimiento moderado de los pueblos con casas unifamiliares y los nuevos habitantes ponen contenedores en sus parcelas

Los containers aparecen como champiñones en el campo. El Partido Cantonal denuncia que el Ayuntamiento de Cartagena obstruye el desarrollo de la zona oeste ya que la Concejalía de Urbanismo niega el crecimiento moderado de los pueblos con viviendas unifamiliares junto a los actuales núcleos urbanos. Representantes vecinales de esta parte del municipio, en concreto de San Isidro, La Magdalena y El Portús, acudieron la semana pasada a las dependencias municipales de la calle San Miguel a una reunión con el concejal de Infraestructuras y Urbanismo, Diego Ortega. El edil dejó claro que no contempla el crecimiento urbanístico de las poblaciones, ni siquiera alrededor de las mismas, porque en estos momentos las arcas municipales carecen de recursos que afronten los nuevos servicios que suponen un aumento de habitantes.

Ante tal negativa municipal, aquellos que desean el establecimiento de su residencia habitual en la zona oeste, de gran tranquilidad y muy cercana a la ciudad, optan por medidas alegales como la ubicación de contenedores a modo de viviendas en parcelas que no obstante cuentan con servicio de electricidad y de agua potable e incluso, en algunos de los casos, hasta piscina. Por lo tanto, este entorno protegido como Lugar de Interés Comunitario (LIC) aparece ahora manchado de estos "containers" por doquier que afean el paisaje natural.

El Partido Cantonal de Cartagena propone al Ayuntamiento que permita en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana un crecimiento urbanístico moderado alrededor de los actuales núcleos poblacionales de como mucho cinco hectáreas perimetrales y sólo con licencia para viviendas unifamiliares sin alturas. Y, desde luego, que estos contenedores salgan del limbo legal actual que hace que surjan de la nada por todos lados y que conllevan el aumento de la población sin planificación alguna y consecuencias de degradación medioambiental.

Desde finales del siglo pasado, muchos extranjeros de los países más desarrollados de la Unión Europea y Reino Unido compraron antiguas casas, buena parte de ellas en ruinas, en la zona oeste. En este punto privilegiado del municipio establecieron su idílico lugar de jubilación después de la restauración de las mismas. En localidades como por ejemplo La Manchica la mitad de la población es británica. Pero apenas quedan inmuebles libres ya y la solución de los contenedores para nada resulta apropiada, según las quejas de los propios portavoces vecinales al PCAN.

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