En el olvido más absoluto. El Ayuntamiento de Cartagena tampoco rehabilitará este año el antiguo centro de salud de San Antón. El presupuesto municipal de 2024 carece de partida alguna para el ambulatorio y pese a que la alcaldesa, Noelia Arroyo, promete desde 2019, cuando era vicealcaldesa y concejal de Bienestar Social, el usufructo de este edificio municipal a tres ONG,s dedicadas al cuidado de enfermos de diferentes patologías. Es más, todos los años desde entonces y de forma reiterada, cada vez que una de ellas, Afal, realiza su cuestación anual, la primera edil reivindica este proyecto pese a que luego nunca lo recoge en las cuentas públicas de la Administración local que dirige.
La demora en la reforma del inmueble para las asociaciones sin ánimo de lucro ha dado lugar a que un ladrón haya desvalijado hace poco por completo las antiguas dependencias sanitarias. A lo largo de la pasada Navidad, el delincuente sustrajo durante varios días todo el material con posibilidad de reventa. Aparatos de aire acondicionado, conducciones, ventanas, puertas, cristales y mobiliario en una sustracción que ha dejado la edificación totalmente destrozada. De hecho, el autor de esta acción delictiva ha arrancado de cuajo toda la carpintería blanca de aluminio, muy utilizada en los ambulatorios, de los dinteles de todas las estancias.
Los vecinos de San Antón han tirado ya la toalla y piensan que, ante tanta tardanza en la actuación municipal, el Ayuntamiento desea que la construcción acabe en ruina y deseche con esta excusa una intervención que beneficiaría a todo el barrio. Desde hace cuatro años y medio, Noelia Arroyo, promete a la Asociación de familiares de personas con enfermedades neurodegenerativas y prevención de envejecimiento patológico de Levante, más conocida por sus siglas Afal, y la Asociación de Párkinson de Cartagena que el edificio del anterior centro de salud sanantonero pase a manos de ambas entidades. Una vez que, hace un año y medio, el Ayuntamiento confirmó la cesión del inmueble por parte del Ministerio de Sanidad, unió a este proyecto a la Asociación de Ayuda e Investigación de los Trastornos de la Personalidad (TP Cartagena). En este sentido, el Partido Cantonal de Cartagena denunciaba el pasado mes de octubre el hartazgo de estos colectivos por los nulos avances después de tanto tiempo y pese al compromiso en firme de la alcaldesa en varias ocasiones.
Afal tiene previsto la utilización de esta construcción como centro de día de cuarenta plazas con atención a usuarios diagnosticados con demencia, dependencia o discapacidad. Esta institución presta apoyo multidisciplinar a setecientas familias que sufren de cerca el alzhéimer, tanto pacientes, familiares o cuidadores. La Asociación de Párkinson de Cartagena tiene una sede en la segunda planta de la Casa del Mar pero sufre graves problemas respecto al elevado coste de los gastos de mantenimiento y limpieza de los habitáculos. Unas facturas que, debido a los escasos ingresos que reciben, aboca incluso a la desaparición de la entidad. Y, por último, la Asociación de Ayuda e Investigación de los Trastornos de Personalidaddisfruta de unlocal insuficienteen la Urbanización Mediterráneo.