Conexiones ferroviarias impropias de una ciudad moderna. Cartagena no sólo sufre un abandono total en larga distancia sino también en los trenes de cercanías. El consejero de Fomento e Infraestructuras, José Ramón Díez de Revenga, comunicó hace siete meses su intención de que la línea que une Murcia y Cartagena contara con veinticuatro frecuencias diarias como mínimo. Así lo propuso a la presidenta de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Cartagena y Comarca, Ana Correa, en una reunión de trabajo. Pero comienza el curso universitario y los servicios entre ambas poblaciones no llegan ni a un tercio de lo comprometido por el alto mandatario de la Comunidad Autónoma. Sólo ocho convoyes prestan comunicación por tren cada día entre las capitales administrativa y legislativa de la Región y viceversa.
Los quebraderos de cabeza de los estudiantes frente al panel informativo de líneas en la Estación de Ferrocarril de Cartagena llaman la atención de los usuarios durante estos días. La propia rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena, Beatriz Miguel Hernández, ha declarado de forma pública esta misma semana que uno de los principales inconvenientes que lastra el crecimiento de la UPCT pasa por la casi nula conexión ferroviaria de Cartagena con el resto de localidades de la Comunidad Autónoma a la que pertenece.
Hasta diecisiete trenes de cercanías en ambos sentidos realizan, por ejemplo, el trayecto entre Alicante y Elche en la vecina Comunidad Valenciana. Dieciocho el itinerario entre Vigo y Santiago de Compostela en Galicia y hasta 41 llegan los servicios entre Gijón y Oviedo en Asturias. En todos los casos más que duplican las alternativas que oferta Renfe entre las dos principales ciudades de la Región en un entorno europeo de apuesta por medios de transportes poco contaminantes que parece pasa de largo por Cartagena.
