Un viaje a lo peor de las infraestructuras africanas sin salir de Cartagena. La zona oeste presenta en época estival gran cantidad de veraneantes que disfrutan de sus segundas residencias. Pero antes del gozo de las vacaciones, el acceso a sus casas de campo tiene unas dificultades impropias del primer mundo. Hace ya trece años que el Gobierno regional, ya en manos del PP, prometió el arreglo de la carretera que une La Aljorra con Cuesta Blanca de apenas siete kilómetros. Desde entonces, el abandono de la calzada ha sido total. El firme parece más un horrible camino de cabras y resulta en la práctica imposible la circulación de automóviles sobre todo en sentido sur, en sus primeros cinco kilómetros, hasta la altura de San Isidro.
Los vecinos no aguantan más. Han realizado ya varias manifestaciones porque el estado de esta carretera regional RM-E16 lleva de cabeza a estos habitantes tan cartageneros como los demás. Algunos conductores, en el colmo de la desesperación, realizan treinta kilómetros desde La Aljorra a Cartagena por la autovía y desde la ciudad hasta Cuesta Blanca por la N-332 como única solución que evite los siete kilómetros de esta calzada de los horrores donde los pinchazos y averías resultan a la orden del día. Además, los residentes sienten discriminación por el reciente asfaltado de la carretera municipal de El Saladillo que une, en dirección oeste, La Aljorra con La Manchica, justo en el límite con el término municipal de Fuente Álamo.
En el año 2009, la Consejería de Fomento e Infraestructuras, entonces llamada de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, informó de la redacción del proyecto de acondicionamiento del itinerario que conecta La Aljorra con Cuesta Blanca. El departamento autonómico aseguró entonces que ensancharía la vía hasta siete metros y el coste de la obra ascendería a 2,5 millones de euros. Papel mojado y otra mentira más del Gobierno regional del Partido Popular hacia Cartagena trece años más tarde.