Compromisos que caen en saco roto. Tanto el Ayuntamiento como la Comunidad Autónoma presentaron hace un año sendos proyectos para la construcción de dos rotondas en los accesos a Alumbres y Los Urrutias, respectivamente. En referencia a la primera de las actuaciones, la actual vicealcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, mostró los planos de la obra in situ en las intersecciones de las calles Malaquita y Economato e incidió en la necesidad de la ordenación viaria en las primeras urbanizaciones y calles de la diputación.
La segunda de las glorietas correría a cargo de la Consejería de Fomento. La actual alcaldesa, Noelia Arroyo, y el propio consejero, José Ramón Díez de Revenga, anunciaron la intervención que mejoraría la circulación en un tramo peligroso: la conexión de la carretera de Los Urrutias y El Carmolí con la que conduce hasta Los Alcázares desde la salida de la autovía de Alicante, en la intersección entre las carreteras N-332 y la RM F-54. En este lugar, desembocan seis carriles y presenta cambios de rasante y falta de visibilidad por la proximidad del puente sobre la rambla de El Albujón. La nueva rotonda, de 36 metros de diámetro y un carril de 6 metros de anchura con arcén exterior de 1,5 metros, permitirá así la eliminación del cruce en T de la carretera RM-F54 y la disminución de la alta velocidad que alcanzan ahora los automóviles en la calzada principal de ese tramo, en el que no existen isletas canalizadoras de la circulación.
Los trabajos salieron a licitación con un presupuesto de 254.000 euros y un plazo ejecución de cuatro meses. Por esa carretera transitan a diario más de 2.500 vehículos y aumenta su densidad de forma significativa en periodo estival y, ante la ausencia aún de obras, no estará lista para el inminente verano pese a las promesas de nuestros políticos gobernantes, tanto locales como regionales.