El repetidamente anunciado primer acuerdo de la reforma del sistema público de pensiones con el "sello Escrivá" parece cerrado in extremis, con el objetivo de que se pueda tramitar la reforma en el Congreso de los Diputados en el mes de julio como ha reclamado Bruselas, que había condicionado los fondos de recuperación a ponerla en marcha, y se llevará a cabo la firma en breve con toda la parafernalia y el bombardeo informativo al que ya estamos acostumbrados.
Y no es para menos: conseguida desde el principio la desmovilización de los sindicatos mayoritarios, con el caramelo de su participación en el control de las "pensiones privadas de empresa" como en Euskadi, y de casi tod@s l@s trabajador@s en activo, desinteresados "hasta que nos toque", ahora pretenden hacer lo mismo con los combativos colectivos de pensionistas, ya a medio desmovilizar con la infiltración de cargos sindicales en sus filas, y ahora con este primer acuerdo a la vuelta de la esquina destinado básicamente a tranquilizar al grueso de l@s pensionistas puesto que garantiza el IPC (de momento) y "deroga" el factor de sostenibilidad atribuido erróneamente al PP, que fue quien lo reguló mediante la ley 23/2013 de 23 de diciembre, aunque el "invento" en sí realmente data de la ley 27/2011 de 1 de agosto de Zapatero.
Tienen todo su derecho a desmovilizarse si así lo entienden conveniente, nadie les puede echar en cara nada después de los años que llevan en las calles de toda España, dándonos lecciones prácticas de dignidad y lucha por los derechos de tod@s y es normal que se resientan del cansancio. Pero no les subestimen: siguen atent@s la evolución de los acontecimientos y se están rearmando de cara al otoño, sabedores de que lo duro de la negociación se desarrollará hasta Noviembre/Diciembre. Por si acaso, ya tienen preparada una gran movilización para Octubre en Madrid, a imagen de la que inundó de dignidad la capital hace dos años.
Porque en otoño se negociará el Factor de Equidad Intergeneracional, un sucedáneo endurecido del Factor de Sostenibilidad al que había que cambiar urgentemente el nombre por su mala fama; también el cálculo de las prestaciones computando los últimos 35 años (aunque nos hayan vendido que ya lo han descartado) o, incluso, toda la vida laboral, frente a los 25 que computarán a partir de 2022 (otro acuerdo PSOE sindicatos en la reforma de pensiones de 2011); las tablas de cuotas de autónomos, que se renegociarán; y el aumento de las penalizaciones a la jubilación anticipada que, según los planes del ministro, comenzarían a aplicarse a partir de 2024 y se desarrollarían a lo largo de 12 o 14 años.
No olvidemos el gran invitado: el fondo público/privado de "pensiones" de empresa o "mochila española" como ya le llaman algun@s, el gran proyecto del PSOE desde la reforma laboral del 2010 (Disposición Final Segunda del Real Decreto-ley 10/2010, de 16 de junio, de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo); un sistema de desvío de fondos públicos hacia el control de bancos, aseguradoras y fondos de inversión "buitres". Y sobre eso tenemos experiencias nada gratificantes: cuando pasan unos años se acaban esas "pensiones", justo cuando más las necesitas, y el rescate de las "pensiones" privadas se llevan por delante un 30-35% de lo aportado lo hagas como lo hagas. Además, aún tenemos muy frescos los recuerdos de las preferentes bancarias como para confiarnos. Y es que estamos convencid@s de que se trata del primer paso para la privatización total de las pensiones: 170.000 millones de euros son muy tentadores para la avaricia depredadora de la banca y "buitres", y no olvidemos la procedencia del ministro Escrivá: del BBVA, con una de las mayores carteras de fondos de prestaciones privadas del país…
No son muy halagüeñas las perspectivas de futuro para las pensiones de l@s actuales trabajador@s; y por mucho que l@s pensionistas luchen si lo hacen solos acabarán por cansarse. Much@s ya se plantean que si l@s trabajador@s no se movilizan por su propio futuro, ¿porqué tienen que hacerlo ell@s? La mayoría contesta: porque son sus hij@s y/o niet@s. Pero todo tiene un límite.