La mirada del escultor cartagenero Manuel Ardil Robles vuelve a ser testiga del tránsito de viandantes por la céntrica plaza de Alcolea, popularmente conocida como de los Carros. El busto en bronce de este artista autodidacta ha vuelto a ser colocado en su lugar originario, después de que fuera derribado accidentalmente el año pasado por un camión de reparto.
Para ello, se ha precisado construir un nuevo pedestal macizo de mármol, ya que el anterior quedó inservible. El coste de los trabajos ha sido asumido por la aseguradora del vehículo. Si bien, los técnicos del taller de restauración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena han reparado el utensilio que el ‘maestro del bronce’ portaba en una de sus manos. Dicho elemento fue lo único que resultó dañado al caer esta pieza al suelo.
La imagen, obra del también artista e hijo de Ardil, Manuel Ardil Pagán, fue inaugurada en el año 2000. La misma sirve como homenaje al artífice de algunas de las esculturas más icónicas de la ciudad. Entre ellas se encuentran la imagen de la Inmaculada Concepción, situada en la plaza de Risueño, o los Cuatro Santos cartageneros, que se pueden ver en las hornacinas de esta vía.
Manuel Ardil Robles, nacido en 1910, participó muy activamente en la vida de la Cartagena del siglo XX. Compaginó su faceta artística con su labor como mecánico en la antigua Bazán; e incluso fue buceador en el Ejército de Marina durante la Guerra Civil. De hecho, resultó herido en combate, lo que mermó su producción artística tras haber dejado un legado en el que brillan las obras de bustos clásicos.