Estos días Cartagena vuelve a ser noticia por el riesgo para la salud que suponen los múltiples focos de contaminación existentes en el municipio. La muerte de varios ejemplares de aves en los antiguos terrenos de Zincsa ha llamado la atención, otra vez, de la gravísima situación ante la falta de un compromiso político real para la descontaminación del antiguo cinturón industrial de Cartagena.
Tras las denuncias públicas realizadas por el edafólogo José Matías Peña se ha conocido que la Fiscalía investiga el fallecimiento de las aves protegidas, además de constatarse que el Seprona está realizando inspecciones a las balsas de residuos.
Ante esta situación, el portavoz adjunto del Grupo municipal MC Cartagena, Jesús Giménez, ha afirmado que "no puede dilatarse más el vallado de los terrenos de Zincsa. Barreiro corrió para que Alonso comisionara y después nunca más se supo de los trabajadores de la fábrica ni de la salud de los vecinos de Torreciega".
En cualquier caso, ha añadido, "como reclama el edafólogo José Matías Peña, es urgente y prioritario proceder al vallado de la zona, señalizar estos peligros y adoptar medidas cautelares mientras se pone en marcha la descontaminación".
En este contexto, ha aseverado que "es buen momento para recordar a los que hablan de Cartagena 'Patrimonio de la Humanidad' que los cartageneros somos seres humanos, unos seres humanos cuyos hijos tienen plomo en la sangre, están expuestos al amianto en sus colegios, se han de bañar en un Mar Menor que han convertido en un cementerio, y viven en un cinturón urbano contaminado que afecta a la salud de todos, como demuestra el liderato en la incidencia del cáncer en la población, o la inclusión en las seis zonas con radiactividad en España".
Por ello, el portavoz cartagenerista ha denunciado que "ésta es la herencia y la realidad que nos deja más de dos décadas de PP en el Gobierno regional, y para afianzarlo Arroyo, Padín y Castejón se alían contra Cartagena. Un juego contra nuestra salud que ocultan con fotos, palabras huecas y referencias a la unidad, mientras que aquí no se aplica aquello de 'quien contamina paga'".
Debido a esta problemática ha finalizado destacando que "es necesario clamar contra una política de arrinconamiento que compromete nuestro vida y nuestro futuro, como sucede con ZINCSA, donde cualquiera puede remojarse en metales pesados o respirar los magníficos efluvios de la contaminada política del PP. Sin olvidar que en este caso concreto a muchos chirría la dejación de funciones de las administraciones, que no sabemos si es casualidad y fruto de su proverbial indiferencia ante los problemas de las personas, o causalidad de su buen entendimiento con la nueva propiedad de los terrenos".