Una infraestructura tan necesaria como inexistente. El Partido Cantonal recoge en su programa electoral la rehabilitación del Cine Central como teatro municipal. Para que esta iniciativa llegue a buen fin, la Comunidad Autónoma firmaría un convenio de cesión del emblemático inmueble al Ayuntamiento una vez culminadas las obras de rehabilitación del mismo. Todas las ciudades importantes del entorno Murcia, Alicante, Elche, Almería o Lorca- poseen un edificio para representaciones de titularidad pública sin la necesidad del arrendamiento a la propiedad privada como ocurre ahora en Cartagena con el Nuevo Teatro Circo.
La Comunidad Autónoma adquirió el Cine Central al Banco de Santander a finales de 2016. Desde entonces los presupuestos regionales recogían todos los años partidas para el inicio de las obras de restauración que al final siempre quedaban en nada. Un balance de casi tres años perdidos en la recuperación del inmueble de la plaza de la Merced presenta el Gobierno regional a la ciudadanía cuando acaba su mandato. Tres largos años en los que la Consejería de Cultura, que dirigía la actual cabeza de lista municipal del Partido Popular, Noelia Arroyo, daba tumbos con el encargo de un estudio de rehabiliación a la Universidad Politécnica de Cartagena que al final ha servido de poco ya que el mismo departamento autonómico ha optado hace poco por la convocatoria de un concurso público de ideas que, es más que probable, alcance conclusiones diferentes al informe de la UPCT.
El candidato a alcalde y secretario general del PCAN, Celestino García Alfaro, considera que la Administración autonómica no ha hecho más que "encargar estudios con la única intención de hacer el proceso más largo y demorar lo máximo posible unas obras fundamentales para la regeneración del entorno del Lago". "Si hubiera verdadera voluntad política, la rehabilitación estaría ya casi concluida en vez de sin empezar. Ha habido tiempo de sobra", apostilla.
La corporación cantonal, durante los cuatro años de su mandato entre 1987 y 1991, ya adquirió el Teatro Principal con el propósito de que Cartagena volviera a tener una sala de representaciones municipal. No obstante, el Gobierno local de Pilar Barreiro (PP) revocó esta decisión y vendió el vetusto inmueble de la plaza del Rey a la propiedad privada. Poco después, los nuevos dueños derribaron el edificio para la construcción de viviendas sobre su solar en un atentado más contra el patrimonio cultural de la ciudad.