La alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, ha cumplido en la mañana de este Viernes de Dolores, festivo en la ciudad, con la tradición de la Onza de Oro, que data de 1762, una onza que simboliza la aportación que anualmente otorga el Ayuntamiento de Cartagena al Santo y Real Hospital de Caridad para ayudar a los enfermos pobres, que ha ascendido a 35.000 euros.
La onza original junto al cheque han sido depositados por Ana Belén Castejón ante el altar mayor de la Basílica de la Caridad en el Día Grande de la Patrona, durante el ofertorio de la misa que ha oficiado el Obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, acompañado por el Obispo auxiliar electo de la Diócesis de Cartagena, Sebastián Chico, que será ordenado el día 11 de mayo.
Sobre las once y diez de la mañana partía desde el Palacio Consistorial la Corporación Municipal en comitiva de gala hacia la Caridad.
Allí, la alcaldesa, de rodillas ante la Patrona, ha realizado la ofrenda para rendir cuentas del año vivido y rogar por los vecinos que pasan penurias o enfermedades, con un especial recuerdo para los agricultores que sufren la falta de agua para sus cultivos.
La ofrenda de la alcaldesa ha sido la siguiente:
Soberana señora y madre nuestra.
Me presento ante tí, en tu día Grande, en el que el recogido y emotivo Vía Crucis del Cristo del Socorro ha sido el encargado de despertarte y de anunciar a Cartagena y a toda España que comienza la Semana Santa.
De madrugada, hemos entonado la primera salve en tu honor, comenzando de esta manera un día que para los cartageneros es especialmente emotivo.
Un día en el que recuerdo una frase de Santa Teresa de Calcuta: Quién no vive para servir, no sirve para vivir.
Querida madre, tú nos has enseñado a servir, a vivir con la entrega a los demás como máxima.
Hoy, cuando mayores, jóvenes y niños traerán flores para engalanarte y rendirte tributo, cuando miles de cartageneros se arrodillarán ante tu altar para mostrarte su amor incondicional, te pido que nos ayudes a seguir sirviendo a los demás con el mismo amor y entrega que tú nos enseñaste.
Hoy, querida Virgen de la Caridad, postrada ante tí, representando a nuestro amado municipio, vengo a rendirte cuentas de un año de sacrificios y esfuerzos, tristezas y alegrías, enfrentamientos y encuentros, en definitiva, de un año vivido con intensidad por todos tus hijos.
Como manda la tradición, vengo a rogarte amparo para todos nuestros vecinos que se enfrentan a dificultades.
Permíteme un especial recuerdo hacia nuestros agricultores. Intercede para que la falta de agua deje de ser un grave problema para nuestro municipio y otorganos la sabiduría y equidad suficientes para ser capaces de hallar entre todos una solución que evite que año tras año dependamos de la meteorología.
Querida madre, recuerda a tus hijos enfermos, a los más desfavorecidos, a los que padecen la soledad, a los que no encuentran trabajo, a los ancianos, a las víctimas del maltrato machista, a los que sufren la desigualdad y a los que no logran la plena integración.
Todos ellos forman parte de nuestro municipio y por todos ellos trabajamos de forma incansable. Ayúdanos en nuestro caminar para construir una Cartagena mejor, por la que tú abogas y por la que nos animas a aunar esfuerzos.
Querida señora nuestra, no te olvides de quienes tenemos la responsabilidad de representar a todos los cartageneros.
Vivimos una época convulsa, de adaptación a los nuevos tiempos en los que los ciudadanos nos exigen más coherencia, responsabilidad, comprensión y diálogo.
Otórganos la sabiduría suficiente para cumplir con lo que nos reclaman, para ser capaces de escucharnos y entendernos, para comprender las demandas reales de nuestros vecinos y dejar de lado los intereses particulares para primar los generales.
Ayúdanos a que el odio y la discriminación no tengan cabida en nuestro municipio, a que las diferencias sirvan como nexo de unión y no de distanciamiento, a que los resentimientos se transformen en entendimiento y a que las falsedades cesen para dejar paso a la verdad.
Querida madre, tu pueblo te necesita hoy, como siempre, y espera contar con tu apoyo y comprensión en su caminar diario.
Querida madre, concédenos protección bajo tu manto y guíanos en la ardua lucha diaria.
LA PRIMERA PROCESIÓN DE ESPAÑA
La Ofrenda de la Onza de Oro ha sido uno de los actos que jalonan el Día Grande de Cartagena, en el que se inician las procesiones y se rinden los honores a la Patrona, la Virgen de la Caridad.
Así a medianoche se celebró la habitual serenata nocturna a la Caridad, y de madrugada, desde las inmediaciones de la Catedral Antigua, partía la primera procesión de España: el Vía Crucis penitencial del Cristo del Socorro, que contó con la participación de la alcaldesa, Ana Belén Castejón, y que tras, recorrer las principales calles del Casco Histórico, se ha recogido con las primeras luces del alba.
Esta tarde tendrá lugar la ofrenda floral popular de los vecinos de Cartagena, de sus barrios y diputaciones, que, ataviados con el traje típcio, depositarán ramos y bailarán y cantarán ante la imagen de la Virgen.
También por la tarde partirá el Vía Crucis del Cristo de la Divina Misericordia desde la plaza del Lago y posteriormente, ya de noche, saldrá la primera procesión california desde la Iglesia de Santa María, la del Cristo de la Misericordia y la Virgen del Rosario.
La Semana Santa llegará a la diputación de Alumbres, donde se procesionará esta noche a la Virgen de la Caridad.