'La Catedral Vieja de Cartagena. Una visión desde la arqueología', de Antonio Murcia Muñoz, en Cuadernos Monográficos del Museo del Teatro Romano, nº 2, se presentó el jueves, 12 de julio.
El acto se realizó en el salón de actos del Museo, e intervinieron junto al autor, el concejal de Cultura y Patrimonio Arqueológico, David Martínez; el catedrático de Historia del Arte de la UMU, Cristóbal Belda; el catedrático de Arqueología de la UMU, Sebastián F. Ramallo; y la directora del Museo del Teatro Romano de Cartagena, Elena Ruiz.
La serie Cuadernos Monográficos del Museo del Teatro Romano nació con la vocación de difundir las labores de investigación que se realizan desde el Centro de Estudios del Museo. Los aproximadamente veinte años de intervención arqueológica sobre el monumento y su entorno, y cinco años de restauración y actuación arquitectónica, han generado un extraordinario volumen de información primaria que permite desarrollar estudios monográficos, que tienen como objetivo el mayor conocimiento y difusión del proceso histórico acaecido en este sector de la ciudad.
Precisamente, la superposición parcial de la Catedral Vieja sobre una parte del graderío del teatro romano, que hoy se valora como una de las mayores singularidades de este conjunto arqueológico, no es sino el resultado final de una compleja sucesión de fases y estructuras que han convertido esta zona de la ciudad en un auténtico libro de Historia, narrado a partir de sus testimonios materiales.
La iglesia de Santa María, también conocida como Catedral Vieja de Cartagena, es el edificio religioso más antiguo de la ciudad, con unos orígenes que se remontan hasta época medieval. Su estado de ruina desde los inicios de la Guerra Civil, unido a esa tradición de época moderna, según la cual el apóstol Santiago habría desembarcado en Cartagena, fundando la primera iglesia o catedral de España, han generado alrededor del edificio un aura de leyenda y confrontación capaz de ahuyentar o dificultar el debate estrictamente científico. Afortunadamente también se han realizado diversos estudios de carácter histórico-artístico que junto a las excavaciones arqueológicas, han permitido avanzar el conocimiento sobre la historia del templo.
Un edificio que forma parte de nuestra historia, sobre el que se han realizado diversas intervenciones; desde las llevadas a cabo por Pedro San Martín en 1958, 1976 y 1990, a las nuevas excavaciones en los años 90 donde se pudo identificar el graderío superior del teatro, a las desarrolladas en 2005 y 2007 en el marco del Proyecto Integral de Recuperación del Teatro Romano de Cartagena que fueron encaminadas a la consolidación de sus estructuras y a la urbanización de su entorno. A partir de ese momento se han ido realizado otras actuaciones en el templo, como las dirigidas por Juan de Dios de la Hoz, entre los años 2012 y 2013, centradas en las capillas de la nave sur y en las cubiertas, y las más recientes en la Capilla del Cristo del Socorro.
El seguimiento e investigación de estas intervenciones ha permitido a Antonio J. Murcia profundizar en el conocimiento de la evolución del edificio y sus transformaciones a través del estudio estratigráfico de sus alzados y de las excavaciones del subsuelo, el examen metrológico de las estructuras, los materiales constructivos, así como el necesario análisis historiográfico y de las fuentes documentales.
Un análisis que parte de la consideración del edificio como un documento histórico de primera magnitud, en cuyas estructuras se encuentran reflejadas las diferentes actividades constructivas realizadas a lo largo de su historia, se plantea una primera lectura estratigráfica de sus paramentos en base a los parámetros metodológicos de la Arqueología de la Arquitectura, que junto con los datos de las excavaciones arqueológicas, y los estudios de carácter documental, tipológico, formal o metrológico, han permitido realizar nuevas propuestas sobre la evolución del templo.
El autor nos ofrece un magnífico trabajo, con más de 380 referencias bibliográficas y más de 140 figuras e ilustraciones, serio y riguroso, alejado de mitos y leyendas, que tiene como vocación contribuir al mejor conocimiento de uno de los edificios emblemáticos de la ciudad, abriendo nuevos caminos para futuros trabajos de investigación, y aportando una reflexión sobre la necesaria recuperación del edificio a partir de propuestas consensuadas.
Antonio Javier Murcia forma parte del equipo de trabajo del Teatro Romano desde 1995, llevando a cabo los trabajos de inventario y catalogación, desde 2005 los trabajos de dirección técnica arqueológica del proyecto recuperación del monumento, y desde 2008 se encarga del Departamento de Documentación y conservación del Museo.