Con el entusiasmo de estar viviendo lo que no duda en definir como “una revolución”, el ingeniero mecánico Daniel Pyzak, director del centro de excelencia del software CATIA, ha explicado hoy en la UPCT, durante el congreso de ingeniería gráfica, cómo la fabricación aditiva, o impresión 3D, y la inteligencia artificial van a cambiar radicalmente los diseños de los productos y procesos industriales.
“Los ingenieros tendrán que olvidar todo lo que aprendieron en la escuela. Los diseños van a ser completamente distintos. Habrá que abrir la mente, ser creativos y romper las barreras de la imaginación”, ha asegurado tras explicar cómo el software de su compañía ha introducido una nueva funcionalidad, de optimización topológica, que diseña las piezas con la forma que requiere el mínimo de material para la función deseada. Así, ha mostrado cómo se puede pasar de una pieza de acero de ocho kilogramos a otra de un sólo kilogramo con idéntico desempeño. “Surgen formas extrañísimas, casi artísticas”, ha admitido, “pero también proporcionan mejoras térmicas y de otros tipos”.
El experto de la multinacional francesa Dassault Systèmes, que emplea a 16.000 trabajadores en 150 oficinas y 62 centros de desarrollo en todo el mundo, ha desgranado a los asistentes al congreso que reúne a las asociaciones de ingeniería gráfica de España, Francia e Italia en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) cómo la industria aeroespacial ha sido la primera en introducir la fabricación aditiva para reducir el peso de los objetos que se envían al espacio. “Lo mejor de esta tecnología es que es muy avanzada pero que dentro de diez años la utilizarán todos los diseñadores mecánicos”, ha afirmado.
“Fabricaremos productos que con las tecnologías tradicionales eran impensables, con nuevos materiales y geometrías. Aumentaremos la capacidad humana para diseñar productos”, ha insistido. Su empresa trabaja con industrias de todo tipo, desde la gran industria hasta la moda, pasando por la arquitectura, los bienes de consumo, la energía o el transporte.
Pyzak ha advertido también de que la fabricación aditiva tiene aún problemas, como las deformaciones que se generan en el proceso de impresión, lo que lleva a desechar muchos productos. “Un novato falla en el 80% de lo que imprime en metal. Alguien que tenga dos años de experiencia, en el 50%. Un experto, en un 20%. En cualquier caso, es mucho material y tiempo desperdiciado, por eso hemos creado una función que simula el comportamiento del material durante la fabricación para poder ajustar los parámetros, ahorrando muchísimo dinero”, ha señalado. “Realmente sólo hace unos pocos años que se está utilizando la fabricación aditiva en la industria. La tecnología está en plena fase de maduración”, ha concluido.