El Obispo recuerda a los presentes que aunque finalice el Año Jubilar, el Santuario de la Vera Cruz sigue siendo lugar de peregrinación en el que se pueden lucrar las Indulgencias Plenarias si se peregrina en grupo.
“Para gloria y exaltación de Nuestro Señor Jesucristo; para testimonio del amor misericordioso de Dios a la humanidad; para aumento de la fe y de la vida cristiana en el pueblo fiel; declaramos clausurado y damos gracias a Dios por la celebración del tercer Año Jubilar Perpetuo en la Basílica-Santuario de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca”, con estas palabras del Cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), finalizaba ayer el Año Jubilar de la Vera Cruz de Caravaca.
A las 12:00 horas se iniciaba, en la Basílica Menor-Santuario de la Vera Cruz, la última Misa Jubilar de este año de gracia que comenzó con el saludo del Obispo de Cartagena al Cardenal Blázquez, agradeciendo su visita. “El Lignum Crucis es, para todos los caravaqueños y para toda la Diócesis, el signo más excelente del amor misericordioso de Dios, que nos ha convocado a una verdadera tarea evangelizadora”, dijo. Aunque todavía no se conocen las cifras totales de las personas que han llegado hasta la Basílica Menor Santuario de la Vera Cruz, Mons. Lorca destacó que los miles de peregrinos que han llegado en este Año Jubilar a Caravaca han sido “invitados a caminar y a confiar, a escuchar a Dios y a abrir los ojos del corazón, para sentir en la vida diaria el latir del corazón de los que les rodean, especialmente de los más necesitados”. El Obispo de Cartagena explicó, además, que lo recaudado con la limosna jubilar –cerca de 100.000 euros– se destinará la mitad al Óbolo de San Pedro, que se entregará al Papa en febrero, y la otra mitad a Proyecto Hombre en la comarca del Noroeste murciano: “en esta zona están haciendo una gran labor para liberar, especialmente a los jóvenes, de cualquiera de las adicciones que les esclavizan.
Durante la homilía, el Cardenal Blázquez manifestó su gozo por poder participar en esta “fiesta de la fe y veneración del Lignum Crucis”, explicando a los presentes que la cruz dejó de ser considerada un instrumento de martirio para pasar a ser Árbol de la Vida porque en ella murió Jesucristo, “es la concentración de su entrega al Padre y a nosotros los hombres… Es símbolo supremo de su amor”. El arzobispo de Valladolid insistió en que el Año Jubilar de Caravaca es una “oportunidad para acogernos a la misericordia inagotable de Dios”, recibir la gracia del perdón y fortalecer la reconciliación entre los hombres. “Caravaca de la Cruz es meta de peregrinaciones, donde los cristianos, con buen instinto evangélico, buscan al Señor crucificado y son estimulados en su seguimiento”, dijo el presidente de la CEE, explicando, además, que la Cruz es signo de la comunión con Jesucristo y vínculo de paz entre los hombres porque “en la Cruz, Jesús ha dado muerte al odio, perdonando y otorgándonos la fuerza para perdonar”.
Más de medio millar de fieles participaron en la celebración, entre los que se encontraba el Ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo; el presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Fernando López Miras; el delegado de Gobierno, Francisco Bernabé; y el alcalde de Caravaca de la Cruz, José Moreno.
En el momento de la acción de gracias, la hermana mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, Elisa Giménez-Girón, tomó la palabra para dar gracias al Obispo, a todas las instituciones, voluntarios, administraciones públicas y empresas que han unido esfuerzos durante este año: “Quiero darte las gracias, Señor, por habernos permitido ser el instrumento de fe necesario para acoger a todos los peregrinos que con fe cristiana se han acercado a esta Basílica buscando el don del santo jubileo… Felices y satisfechos, con la sensación del deber cumplido, cerramos este Año Jubilar 2017. Muchas gracias a todos. ¡Viva la Santísima Cruz!”.
Finaliza el Año Jubilar y se inicia una nueva etapa
En 1998 el Papa San Juan Pablo II otorgó al Santuario de la Vera Cruz el privilegio de un Año Jubilar a perpetuidad, en torno a la devoción a la Sagrada Reliquia, a celebrar cada siete años; teniendo lugar el primero en el año 2003. Un privilegio que permite seguir lucrando las Indulgencias Plenarias si se peregrina en grupo a la Basílica Santuario cualquier día de cualquier año. “Quien quiera puede venir a la Cruz de Caravaca y encontrarse con el amor y la misericordia de Dios, porque Caravaca sigue siendo lugar de peregrinación”, recordó Mons. Lorca Planes.