La Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) continúa estudiando técnicas para la rehabilitación de las suelos mineros. La tesis de Fabián Moreno, recientemente defendida, aporta más conocimiento al uso de la fitoestabilización asistida con biocarbón y residuo de mármol para la formación de tecnosuelos (creados a partir de materiales derivados de actividades humanas), minimizando los riesgos ambientales y valorizando residuos domésticos y agroganaderos.
La investigación, dirigida por Ángel Faz y Raúl Zornoza, evalúa la efectividad de la aplicación de biocarbón y residuo de mármol, de forma independiente y en combinación con el desarrollo de vegetación, para rehabilitar depósitos de residuos mineros contaminados, evaluando su efecto en la inmovilización de metales y el almacenamiento de carbono estable en tecnosuelos de nueva creación.
En primer lugar, el doctorando de la UPCT identificó los parámetros óptimos para producir el biocarbón más adecuado para la remediación de suelos a partir de estiércol de cerdo, residuos de cosecha y residuos domésticos.
Seguidamente, realizó una incubación de laboratorio, utilizando el biocarbón producido y añadiendo residuo de mármol como estrategia de rehabilitación. Los tecnosuelos creados fueron capaces de reducir las emisiones de metano, sin incrementar las de dióxido de carbono, contribuyendo así al secuestro de carbono en el suelo y favorecieron la reducción de la movilidad de los metales. “El biocarbón mostró una gran afinidad para interactuar con óxidos de hierro, sulfatos de calcio y filosilicatos, que favorecen la agregación del suelo y por tanto incrementan la porosidad y aptitud para el crecimiento vegetal”, añade el investigador.
Por último, el biocarbón se incubó en macetas donde se plantó mijo común (P. miliaceum). La presencia de la planta contribuyó a incrementar la biomasa y la actividad microbiana. “La mayor concentración de metales y metaloides estuvo presente en las raíces, con translocación muy baja a la parte aérea. Esto indica un mecanismo de trampa de raíz para acumular metales que validan al mijo común como una especie efectiva para la fitorremediación de residuos mineros”, concluye Moreno.