Dos años llevaban esperándola los cartageneros, tras la lluvia que impidió salir a su trono en 2016 por las calles de la ciudad. La Piedad, puntual anoche a su cita, arrastró a miles de personas tras ella, en su mayoría mujeres, que llevaban en su corazón las promesas a la virgen. Un imagen que además este año lucía la policromía original de José Capuz del año 1925, tras una compleja restauración que corrió a cargo del restaurador Enrique Barcala.
Las calles se llenaron para ver la procesión marraja que fue acompañada por vivas y aplausos a la comitiva y a la Piedad. El silencio reinó en cambio cuando se oyeron las saetas a la Virgen en los distintos puntos a lo largo del recorrido. En el balcón de capitanía entonó su cante la ganadora de la edición del año pasado del Concurso Nacional de Saetas de Cartagena, Ana García Caro. Frente a la Basílica de la Caridad fue el cantaor Juan Francisco Berrocal, el ganador de la edición de este año, quien honró a la Piedad con su saeta y finalmente el tercer premio, Manuela Pérez, le cantó a la Virgen desde el balcón de la Real Sociedad Económica.
Antes de entrar en la iglesia de Santa María, la Piedad se puso frente a los miles de cartageneros que abarrotaban la calle del Aire y sus aledañas para cantar una emotiva salve, tras la que el trono regresó al templo que la acoge.
Aquellos que no pudieron disfrutar de esta popular procesión o quieran revivirla pueden hacerlo en la página web de la Semana Santa de Cartagena.