Como es costumbre, el PP aprovechó un domingo cualquiera para lanzar un mensaje grandilocuente. En este caso, se podía leer el anuncio del 'Pacto de Cartagena', nombre que suscitó mi curiosidad hasta que, leído el contenido, se convirtió en un numerito que el PP local ha organizado en el Auditorio y Palacio de Congresos 'El Batel' para mayor gloria de sus mayores.
La puesta en escena nos ha permitido ver como maestro de ceremonias y chico para todo a Joaquín Segado, quien al parecer ha relegado de todas las funciones en el partido a Espejo, incluso en las labores de presentador de eventos. Como artistas principales, tres políticos populares, primos lejanos podíamos llamarlos, que no gobiernan en su Comunidad Autónoma y, como actor principal, alguien que no sabemos cuánto tiempo más lo hará, el presidente de la CARM y líder del PP regional, que viene a Cartagena a anunciarnos que hará todo lo posible para que el Corredor Mediterráneo llegue a Murcia.
Hasta aquí la parte cómica del asunto; se reúnen en una ciudad que no gobiernan quienes tampoco lo hacen en sus comunidades, y lo hacen como muestra de su gestión responsable en un Auditorio con sobrecostes del 200%, para que nadie olvide los resultados de su gestión, si es que alguien no tenía claro de donde provienen los casi 200 millones de euros de deuda que dejaron en las arcas municipales.
Lo que presentan es un documento interno, que si se hubiera filtrado saltarían a desmentir, como hacen con el plano que desde el año 2010 difunden los medios de comunicación ilustrando sus falsas promesas, del que hoy reniegan.
Lo cierto es que el plano y la realidad muestran la forma en que los dirigentes regionales pretenden que el Corredor Mediterráneo, a su paso por la Región, abandone el Mediterráneo y se adentre en la ribera del río segura, más del agrado de estos menguados dirigentes, ofreciendo, eso sí, un ramal a Cartagena -generosos ellos. No sabemos si dicho ramal se construiría a medio, largo o infinito plazo, siendo éste último el más veraz de los plazos sobre los que trabaja el PP en sus promesas para la Región y, especialmente, para Cartagena.
Los ciudadanos en la calle repetirían ayer, como un domingo cualquiera, aquello de que "no se llevan el puerto porque no pueden", pero ésta no puede ser una vez más, porque la suma del corredor mediterráneo desviado a la ciudad de Murcia y la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) allí ubicada es el equivalente a otros 30 años de retraso para la Comarca de Cartagena.
Es necesario recordar aquí la A-7, infraestructura viaria que también desviaron de la costa con gran éxito, puesto que muchos años después hubo de ejecutarse la AP-7 que, por fin, permite seguir el camino normal, eso sí, pagando el coste del peaje, que se suma al del retraso regional por ese afán de que las cosas avancen hacia un mismo sitio.
No existen números concretos sobre la repercusión de una ZAL en Cartagena, porque ya sabemos que el Gobierno regional, una vez lanzado el proyecto de la capital, ha licitado ahora un estudio de viabilidad sobre la de Los Camachos, a pesar de que el INFO ya afirmaba, en 2003, haber "llevado a cabo las actividades de licitación, contratación y dirección técnica del Estudio de Viabilidad y funcionalidad de la ZAL de Cartagena".
Lo que sí sabemos es que, como un domingo cualquiera, el Gobierno autonómico enseña Cartagena para atraer inversiones e infraestructuras a Murcia. El PP ha dado una vuelta de tuerca más en el día de hoy pues ha venido aquí a firmar un documento que propone apartar a Cartagena del Corredor Mediterráneo (tienen tarea). Sólo nos queda un consuelo, y es que lo han firmado un grupo de políticos que no gobiernan en esta ciudad. Gracias a eso, se resistirá y luchará contra estas actitudes que buscan engordar aparatos de poder, con la atenta mirada de los famélicos integrantes del PP local.