El enfrentamiento a gritos que López y Castejón mantuvieron ayer en la alcaldía demuestra que el Gobierno está ocupado en peleas internas y explica por qué Cartagena sigue parada diez meses después que se repartieran el poder, ha dicho el portavoz popular Francisco Espejo.
Espejo afirma que la escena de la que da cuenta hoy el diario La Verdad, no es un caso aislado, los enfrentamientos son frecuentes por que el Gobierno está dividido en dos facciones en lucha permanente.
El portavoz popular ha dicho que López sólo es alcalde de la mitad del Gobierno. "Castejón no deja que López corrija a los concejales socialistas porque esos concejales están ahí a las órdenes del PSOE, no del alcalde. López manda en los concejales de MC y Castejón manda en los socialistas. Por eso tenemos un gobierno partido en dos que tiene paralizado el municipio".
El portavoz municipal recuerda que "por mucho que hayan tratado de disimularlo, la división y la desconfianza están ahí desde el principio. Dos semanas antes de formar gobierno López dijo a la prensa que Castejón no tenía categoría para gobernar Cartagena y hace una semana la llamaba en público "fantástica" por que promete inversiones imposibles".
Uso partidista
A juicio de los populares, esa luchas intestinas "paralizan Cartagena porque los concejales están ocupados en consolidar sus partidos por lo que pueda pasar". Cada concejal trabaja para sus siglas, se reparten los cargos municipales en cupos y compiten entre ellos para hacerse fuertes en los barrios a costa del Ayuntamiento.
"Por eso- dice Espejo- los concejales del PSOE y MC están haciendo visitas a las diputaciones por separado. Van en nombre del gobierno, pero son propaganda de partido. Un ejemplo es la visita al el Algar que hizo Castejón sólo con socialistas del gobierno y de la junta vecinal. Mintieron a la presidenta para que no fuera y se llevaron a la visita a funcionarios municipales, como ya ha denunciado grupo municipal Popular".
Espejo ha dicho que "lo peor de todo esto es que no hay solución. Ellos no van a dejar competir y desconfiar, porque cada uno trabaja para sus intereses. No se dan cuenta de que aquí los intereses que hay que defender son los de los cartageneros".