Un título sugerente y directo anuncia una novela que ha aterrizado como última finalista a la edición de este año delPremio Mandarache, o el premio ojalá, como lo ha calificado de manera elocuente el autor barcelonés Alejandro Palomas, ya que entiende este certamen promovido por el Ayuntamiento de Cartagena como el premio que todo escritor quiere lograr, el premio del público.
Palomas llegó a nuestra ciudad ayer, 31 de marzo, y desde entonces no ha dejado de encontrarse con estudiantes, clubes de lectura y público en general que han querido mantener un coloquio con él y trasladarle sus impresiones acerca de Una madre, la novela que está presentado estos días.
Esta mañana ha acudido a la Universidad Politécnica de Cartagena y allí no ha estado solo, sino que el concejal de Juventud, Ricardo Segado, y el profesor del IES Isaac Peral y miembro del equipo promotor, Antonio Gómez, le han acompañado en la rueda de prensa previa al cara a cara con 600 jóvenes de distintos institutos en el Paraninfo de la UPCT.
La historia gira en torno a una figura materna encantadora, loca, que se dedica a veces con un humor histriónico a defender a su familia y a protegerlos, a salvarlos de todo, ha relatado Antonio Gómez, que fue el encargado de proponer esta novela para el Mandarache de este año.
En Una madre el lector sentirá que juegan con su memoria y que se encuentra en un espacio cerrado del que se entra y se sale, ya que se desarrolla a lo largo de una Nochevieja pero van apareciendo intensas inmersiones de relatos del pasadoque involucran a distintos miembros de la familia, absoluta protagonista de la historia.
A mí me ha cambiado la vida, ha sentenciado Palomas. Además, ha señalado que no lo escribió pensando en dirigirse a un público joven, por lo que entiende como un milagro que se haya expandido el umbral de sus lectores.
Precisamente 600 de ellos son los que le esperaban para realizar un experimento con el vídeo-ilustración que se ha presentado para poner en imágenes esta historia gracias al artista audiovisual cartagenero Salvi Vivancos. Con el objetivo de que los jóvenes se pararan a pensar qué sonido tiene un libro, durante los dos minutos que ha durado el vídeo, los asistentes han reproducido con el máximo de volumen un audio que han traído preparado en sus teléfonos móviles.
PERIODO DE DELIBERACIÓN
Ante los ojos de la mayoría de los 2.300 participantes entre 15 y 30 años que forman parte del jurado del Premio Mandarache ya han pasado los tres libros finalistas de este año: El imperio de Yegorov, de Manuel Moyano; Las Inviernas, de Cristina Sánchez-Andrade; y Una madre, de Alejandro Palomas, por lo que muchos de ellos ya se han forjado sus propias opiniones y están comenzando a deliberar acerca de sus votos.
Nuria Ros, del colegio Salesianos San Juan Bosco, coincidía con Paula Calatayud, alumna del Narval, en que se han sentido identificadas con algunas situaciones de Una madre. Por su parte, Fernando Navarrro, de Juan Sebastián Elcano, ha querido destacar El imperio de Yegorov como uno de sus preferidos, mientras que Elena González, del IES Carthago Spartaria, señala que las aventuras de Las Inviernas le parecieron muy interesantes.
En definitiva, la diversidad de opiniones está servida y será dese el 18 hasta el 21 de abril cuando el jurado popular más numeroso de España emita sus votos a través de la web del proyecto para poder conocer quién se proclama ganador de este año.