Esto no debía ser novedad, pero lo es. Esta incipiente y progresiva línea de defensa del patrimonio histórico, arqueológico y medioambiental de Cartagena, si bien había asomado con timidez en otras épocas, es ahora el lugar común de las declaraciones de los líderes políticos.
Algunos podrían caer en la tentación de pensar que MC ya ha cumplido su objetivo. Y es que en 9 meses con el alcalde, José López, se ha conseguido que Cartagena esté en el centro del debate pero, lamentablemente, esto es sólo un principio, esperanzador, pero el inicio.
Ahora, tahúres y oportunistas se alzan como defensores de un patrimonio que denostaron y que destruyeron a cambio de ‘negocietes’ de dudosa viabilidad, que lejos de traer progreso al municipio nos privaron de gran parte del encanto natural, arqueológico y arquitectónico por un plato de lentejas, o por un ‘puestesico’ de concejal aquí, parlamentario o director general allá.
El verdadero cambio está comenzando y, como ha abanderado Pepe López con Novo Carthago, pasa por querer el municipio, y respetar las normas, para desde ese respeto llegar a restaurar un monasterio o descontaminar terrenos para un municipio lleno de cicatrices por 3.000 años de historia, pero también de heridas abiertas por la negligencia unas veces, y las actitudes cuasi mafiosas otras, de políticos que en democracia, salvo algún escudero de Cartagena, han querido hacer carrera o no han sabido empezarla.
Ahora ya no hay vuelta atrás, Cartagena se mueve, despierta con la decisión de un gobierno de cartageneros para Cartagena, de ciudadanos para ciudadanos, ajeno a partidos políticos o ideologías vacías que sirven para lanzar proclamas, pero que no han solucionado nunca un problema.
En MC animamos a los cartageneros a subirse a esta ola, a empujar con nosotros y, con ello, impedir que el carro se tuerza otra vez o lo despeñen ambiciones ajenas al municipio.