El alcalde, José López, ha dictado un protocolo de actuación para evitar que se produzcan demoliciones de viviendas en ruinas que estén ocupadas y se puedan buscar una solución a sus moradores.
En este sentido el alcalde ha establecido que cuando se declare la ruina y se ordena la demolición de aquellos edificios, cuyas deficiencias en el estado de conservación pueden suponer un riesgo para los ciudadanos, y para evitar que se produzcan faltas de coordinación que afecten a ciudadanos, se comunicarán desde Urbanismo todas las declaraciones de ruina a la Concejalía de Servicios Sociales, para gestionar el realojo de los moradores que pudiesen encontrarse.
Con independencia de lo anterior, y a los efectos de que durante el tiempo que pudiese transcurrir desde que se produce la declaración de ruina, hasta que se efectúa la demolición de la edificación, se hubiese producido una nueva ocupación, los departamentos que se encarguen de la ejecución de las demoliciones, junto con Servicios Sociales, deberán girar visita de inspección el día previo a la demolición, con la finalidad de disponer de capacidad de reacción y hacer frente a los imprevistos que se pudieran ocasionar, y así adoptar las medidas que resulten oportunas para garantizar la seguridad.