El pistoletazo de salida de la 35 edición del Cartagena Jazz festival será este sábado 31 de octubre, en el Nuevo Teatro Circo, con los conciertos de Benjamin Clementine y Silvia Pérez Cruz.
En su voz quebrada, en las teclas de piano que acompañan a sus lamentos, hay un hipnótico halo de misterio. Benjamin Clementine (Londres, 1988) es un enigma difícil de descifrar, del que se disfrutó en Cartagena, La Mar de Músicas 2014, en su primera actuación en España. Aún no había presentado su primer trabajo At Least For Now, con el que llega al Cartagena Jazz Festival.
Una buena historia, a veces, parece imponerse a una buena música. Adquiere tanto protagonismo que, al final, las canciones parecen lo de menos, y lo importante es el personaje que las toca. Cuando se habla del músico inglés Benjamin Clementine, se habla, sobre todo, de su historia: cómo dejó la escuela a los 16, tuvo un encontronazo con su familia y escapó de Edmonton para acabar homeless en Candem; cómo dos años después, ya en París, siguió durmiendo en las calles, antes de vivir en un hostal.
Por mucho que le disguste que sólo le pregunten sobre ello, Clementine admite la importancia de esa experiencia, la de vivir en la calle, en su música y, sobre todo, su forma de cantar, en la que aún resuena la desesperación de aquellos días. A pesar de su repetida comparación por parte de la crítica musical con Nina Simone, la teatralidad de sus actuaciones y su estilo es totalmente propio. Es el comienzo de los que muchos anuncian como un grande.
Cuidado, suena tan hermosa que cuesta no enamorarse, le dijo Santiago Auserón a Diego Manrique en una entrevista sobre la cantante Silvia Pérez Cruz. Y debe de ser cierto, no dejan de escucharse alabanzas sobre esta criatura nacida en Calella de Palafrugell (Girona) en 1983. Los superlativos vienen desde el jazz, el flamenco, el cine, la danza...
Tiene Silvia varios dones: canta como debieron hacerlo las sirenas y genera una empatía ilimitada: es dulce y cautivadora, cálida y envolvente, y posee una maestría envidiable en diversos lenguajes y estilos. Además una exuberancia vocal que provoca asombro. Puede llegar a cualquier sitio, paladear las canciones como si ella fuera una orquesta completa o un coro. Viene al Cartagena Jazz Festival a presentar otro de sus proyectos musicales Entre cuerdas, donde la cantante ampurdanesa interpreta temas arreglados para la ocasión por Javier Galiana de la Rosa, Joan Antoni Pich y ella misma.
El DOMINGO, APERITIVO JAZZ
Esta edición del festival, el jazz sale a la calle. Los cuatro domingos que dure el festival, en la plaza del Icue, a la 13:00 horas, habrá conciertos gratuitos.
Comienza este domingo 1 de noviembre con Troupers Swing Band. Neo-swing es un movimiento de los 90¿s originado en los EEUU que surge como necesidad evolutiva del swing, y es allí¿ y en esa época donde alcanza su mayor esplendor. Las bandas pioneras del movimiento fueron Indigo Swing, Brian Setzer Orchestra, Big Bad Voodoo Daddy o Royal Crown Revue, siendo e¿sta el ma¿s puro y ma¿ximo exponente del estilo.
The Trouper¿s Swing Band traduce y transforma al estilo neo-swing los grandes cla¿sicos del swing y del rockabilly de los 30¿s, 40¿s, y 50¿s, asi¿ como versiona temas puramente neo-swing de los 90¿s de las bandas anteriormente citadas con la particularidad de que la banda escribe su propio texto en castellano. El directo es la aute¿ntica piedra angular de una banda con muchas pretensiones musicales. La gran calidad te¿cnica, la este¿tica caracteri¿stica y el cara¿cter festivo de la puesta en escena, le otorgan al directo una fuerza arrolladora, lo que transporta al espectador a los an¿os dorados del swing.