El alcalde de Cartagena, José López, ha calificado como irrenunciables una serie de infraestructuras, que servirán para el fortalecimiento del tejido empresarial de la ciudad, entre las que se encuentra la ZAL, el Corredor Mediterráneo, el AVE y la dársena de El Gorguel.
López se dirigía a los empresarios de Cartagena este mediodía en el marco de la Asamblea General de COEC, a la que ha acudido junto a la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón, y otros miembros del Equipo de Gobierno.
La intervención se ha producido en la clausura del evento. López ha recordado que uno de los ejes fundamentales para la transformación de la comarca es el fortalecimiento del tejido empresarial, motor económico e impulsor del crecimiento.
Y para conseguirlo, la comarca necesita unas determinadas infraestructuras, fundamentales e irrenunciables, que pongan fin al abandono que los cartageneros han sufrido y sufren, por parte de las administraciones.
El alcalde ha señalado como tales la Zona de Actividades Logística de Cartagena (ZAL) y la aduana; la conexión con el corredor central de mercancías, uniendo Cartagena con Madrid por la línea de Chinchilla; el baipás del Reguerón para que el AVE llegue a la región de forma inmediata, sin tener que esperar al soterramiento de las vías en Murcia; y Dársena de El Gorguel, proyecto prioritario que sigue en un peligroso estado de parálisis.
También ha incluido en esta lista el apoyo al proyecto del Submarino S-80; la implantación de un sistema automático de concesión de licencias de obras y actividad a través de empresas certificadas; y el fomento de proyectos de innovación e investigación tecnológica para su aplicación al mundo empresarial.
López ha aludido además a la articulación de un mecanismo de comunicación entre empresas y escuelas profesionales que permita identificar las necesidades de mano de obra cualificada y el apoyo decidido a los autónomos, que ha calificado como los eternos olvidados.
Por último ha defendido la independencia de las asociaciones empresariales y sindicales, que deben trabajar con total autonomía en la defensa de los intereses que dan sentido a su existencia; y ha abogado por una sociedad proactiva que se revele ante el maltrato administrativo, ante la burocracia paralizante; donde el emprendedor lo sea realmente, desterrando el palmerismo como única o mejor manera de hacer negocios, una práctica a erradicar que se aprovecha de redes clientelares o pago a servicios prestados, ha concluido.