Seguro que más pronto que tarde la Alcaldesa nos dirá que es voluntaria su declaración y que es una oportunidad para demostrar su inocencia.
No negamos a la Sra. Barreiro su derecho de defensa y la presunción de inocencia, aunque a estas alturas el adjetivo inocente no se ajuste a su actuación en Cartagena, sino más bien el de interesada.
Su declaración versará sobre presuntos delitos de corrupción, que habría cometido actuando como Alcaldesa y favoreciendo un interés privado en contra de los ciudadanos que la votaron.
Pedimos desde aquí a la Sra. Barreiro que dimita, puesto que el intentar demostrar que no es una delincuente, no es óbice para que su responsabilidad política la lleve a evitar que el paseíllo al Tribunal Supremo lo hagan con ella los cartageneros, manchando aún más la imagen de la ciudad.