Un estudio multidisciplinar, que ha tomado como base toda la información de yacimientos y prospecciones arqueológicas desde el siglo XIX, así como unos 300 sondeos públicos y privados de obras y otros realizados por los propios investigadores, a los que se le han aplicado la técnica del carbono 14, han servido para documentar y recrear la evolución topográfica de la ciudad y su entorno inmediato desde hace 11.000 años.
El proyecto de investigación, denominado ARQUEOTOPOS, Carthago Nova: Topografía y urbanística de una urbe mediterránea privilegiada, está financiado por del Ministerio de Economía y Competitividad, a través de la Dirección General de Proyectos de Investigación del Plan Nacional de I+D+I y por Fondos FEDER.
Los trabajos están coordinados por el profesor Sebastián Ramallo, y entre sus objetivos se encuentra la realización de un estudio integral de la evolución geoarqueológica, paleobotánica, así como de las sucesivas ocupaciones y recursos del solar de Cartagena desde el último máximo glacial hasta la actualidad.
Ayer se presentaron los primeros resultados en el salón de actos del Museo del Teatro Romano, tras una sesión de trabajo por la mañana en las salas de investigación de dicho Museo, donde participó todo el equipo de investigación compuesto por profesores de la UPCT, de las universidades de Murcia y Madrid, del Museo Arqueológico Municipal y del Museo del Teatro Romano, con la participación del profesor invitado Christophe Morhange. Université d¿Aix-Marseille, especialista en geoarqueología.
Según ha explicado el profesor Ramallo los resultados ha sido muy satisfactorios ya que se ha conseguido reconstruir y representar en un sistema informático de capas, las diferentes configuraciones que tuvo la ciudad a lo largo de siglos, así como las zona que estuvieron emergidas inicialmente y luego fueron bañadas por el mar y posteriormente colmatadas por ramblas o por la acción del hombre.
También se ha podido documentar la fauna existente en esos periodos y datar con precisión, a través del carbono 14, la antigüedad de los restos extraídos de una veintena de sondeos, algunos de ellos a más de 30 metros de profundidad.
Toda esta información se hará pública en próximos congresos y publicaciones, según Ramallo, que también ha señalado la intención del equipo de seguir con nuevos sondeos y prospecciones, esta vez en el frente marítimo de la ciudad.
Además de su conocimiento científico, el estudio servirá para explicar visualmente en los centros de interpretación turística cómo era originariamente el lugar que eligieron púnicos y romanos para establecerse; o para que, a la hora de planificar nuevas actuaciones urbanísticas, conocer la calidad del suelo por la existencia de sedimentos o rellenos.