La Consejería de Educación, Cultura y Universidades, la Consejería de Economía y Hacienda, el Ayuntamiento de Cartagena, la Universidad de Murcia y el Colegio de Notarios de Murcia firmaron hoy el acuerdo con el que se da comienzo a los trabajos de restauración y recuperación de los 28 volúmenes de los protocolos notariales de Cartagena del siglo XVI, unos documentos que llevan décadas sin poder ser consultados.
Este patrimonio documental está formado por 28 volúmenes, cada uno de 300 hojas, 600 páginas. Asimismo, cada uno de los documentos notariales de la época viene a ocupar alrededor de cuatro páginas, por lo que la estimación de los investigadores es que recojan más de 4.000 escritos.
Esta documentación tiene gran valor antropológico, ya que sirve para describir muchas facetas de la vida de los cartageneros de esta época y su actividad. También pueden hallarse sorpresas y documentos únicos sobre personalidades de la época que están por desvelar con el trabajo de investigación y posterior puesta a disposición del conjunto de la sociedad.
El contenido de cada uno de estos escritos es desconocido, ya que estos tomos no estaban a consulta por deficiente estado de conservación. Asimismo, pueden recoger cualquier tipo de actividad social y mercantil, ya que en la época eran utilizados los notarios para registrar casas o terrenos, testamentos, contratos de aprendices, venta de animales, contratos para construcción de retablos, obras de arte o incluso intercambio de esclavos.
Trabajo integral y pionero
El trabajo que se va a realizar es pionero al ser abordado de una forma integral y con un equipo interdisciplinar de expertos. Desarrollarán los trabajos archiveros, restauradores de papel, historiadores, químicos y digitalizadores, que llevarán a cabo la restauración, descripción, estudio histórico de la institución notarial en Cartagena, el análisis químico del papel y de las tintas utilizadas y la digitalización de los documentos para ponerlos a disposición del conjunto de los ciudadanos a través de Internet.
El proceso de restauración de cada uno de los libros comienza por desencuadernarlos para poder tratar individualmente cada uno de los pliegos de papel que lo componen, que son sometidos a un lavado para eliminar impurezas. Posteriormente se reintegran las pérdidas de papel que se hallan en el soporte, en un proceso artesanal y meticuloso que culmina con la encuadernación, empleando el mismo formato de costura que tenía originalmente.