“Estamos sustituyendo las exigencias de la sensualidad por las de la normativa”. Es una de las afirmaciones sobre las que ha girado la conferencia que este miércoles ha ofrecido en la UPCT el profesor Ignacio Paricio. Bajo el título ‘Sensualidad y sensibilidad en la arquitectura contemporánea’, el catedrático de Construcción de la Universidad de Barcelona ha defendido la adaptación arquitectónica de los edificios a las necesidades de confort de las personas, respectando las exigencias actuales de sostenibilidad energética. De esta manera quiere hacer frente, ha señalado Paricio, a la denominada “imbecilidad normalizada” asentada en algunas modas de la arquitectura actual que buscan la eficiencia sin tener en cuenta la comodidad y el placer.
Durante la charla, Ignacio Paricio, que preside la asociación Arquitectes per la Arquitectura, ha ofrecido lo que él denomina su “declaración de intenciones” respecto al modelo arquitectónico que “se erigirá en los próximos años”. Un modelo basado en buscar a través de la “buena arquitectura” una reducción de la energía consumida. “El actual coste de la energía nos va a obligar a cambiar y mirar al pasado”, ha señalado el profesor Paricio.
También ha destacado la necesidad de una arquitectura que permita espacios que ofrezcan bienestar a las personas. “Las modas minimalistas están llevando a una concepción abstracta que olvida todo lo que es sensualidad. Sensualidad es el aire que entra por las cortinas y refresca, o la luz que entra por las ventanas y permite dormir la siesta”, ha ejemplificado el arquitecto.
En la conferencia inaugural ofrecida en Salón de Grados de la Facultad de Ciencias de la Empresa, Ignacio Paricio ha mostrado ejemplos que respetaban ese modelo, principalmente de viviendas de la burguesía española de principios de siglo XX. “Tenemos que encontrar la manera de obedecer a los objetivos de la sensualidad y de la sostenibilidad, diseñando mecanismos de buena arquitectura”, ha reiterado. En su exposición, ha ensalzado los matices de la penumbra, las corrientes de aire o la distribución de la energía en las fachadas, como elementos que la nueva arquitectura debería tener presentes.