Las primeras hipótesis de los servicios de inteligencia norteamericanos sobre lo ocurrido con el vuelo MH-17 caído en el Este de Ucrania apuntan a un derribo por error. No sería el único caso en la historia de la navegación aérea en que un avión civil es derribado sin motivo aparente. Para evitar confusiones que pueden resultar fatales y descartar posibles amenazas en los casos en que no funciona la identificación rutinaria de aviones, una ingeniera de Telecomunicación por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) está realizando una tesis doctoral en el Laboratorio de Detectabilidad y Guerra Electrónica del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) sobre identificación no cooperativa de blancos.
La exalumna de la UPCT Patricia López Rodríguez explica que “la identificación de blancos normalmente se realiza de manera cooperativa mediante el radar secundario (SSR- Secondary Surveillance Radar) en el ámbito civil o con sistemas IFF (Identification Friend or Foe) en el ámbito militar. Estos sistemas radar se denominan cooperativos porque es necesaria la cooperación del blanco para poder identificarlo. Su funcionamiento se basa en el envío de una señal encriptada que sólo conocen las naves amigas. Por tanto, si la nave es amiga podrá desencriptar la señal y devolver a la estación base la respuesta correcta. En caso contrario, la nave es clasificada como hostil o neutra”.
Sin embargo, se dan situaciones en los que estos sistemas de radar no son suficientes, pues “puede ocurrir que se pierda la respuesta de la aeronave, que la señal se haya enviado incorrectamente o incluso que se apaguen los dispositivos”, ejemplifica. “De ahí surge la necesidad de buscar otras alternativas de identificación en las que no se requiera comunicación con el blanco”, añade.
Las técnicas de identificación no cooperativa se basan en la utilización de una señal radar de alta resolución. “Con este tipo de señales no se ve al blanco como un punto, como estamos acostumbrados a ver en los displays de los radar, sino que la señal se dispersa al rebotar en cada parte de la aeronave (el morro, las alas, los motores) y lo que llega a la estación base es una firma radar con información del tamaño y forma de la aeronave. Aplicando ciertos algoritmos para comparar estas firmas radar con una base de datos es posible identificar el tipo de avión”, concluye la doctoranda murciana.