Los trabajos de excavación que comenzaron el pasado mes de enero en el Barrio del Foro Romano siguen obteniendo importantes resultados. Los arqueólogos continúan avanzando en las tareas de recuperación de la calzada romana de Carthagonova y las pinturas murales que se encuentran en el Edificio del Atrio.
El proyecto es fruto del convenio que la Fundación Repsol y el Ayuntamiento de Cartagena, a través de Cartagena Puerto de Culturas, firmaron para la financiación de las obras de excavación.
Uno de los principales trabajos de los que se están ocupando los arqueólogos consiste en la excavación de la calzada romana que bordea por el norte tanto las Termas como el edificio de banquetes del siglo I. Se han localizado además restos de varias calles o caminos anteriores a la construcción de este conjunto, fechados en diferentes momentos de los siglos II-I a.C.
El equipo de cantería está reparando el enlosado original de la calzada del siglo I a.C. empleando las piezas originales recuperadas durante el proceso de excavación y utilizando la misma técnica con la que se construyó en el año 54 a.C.
LAS PINTURAS DE LOS BANQUETES
Por otro lado, se siguen descubriendo importantes paños de pintura mural en la decoración de las estancias del Edificio del Atrio. El equipo de conservación-restauración, junto a varios arqueólogos, se centran en su recuperación y que se encuentran conservados en el interior de las salas de banquetes. En una de estas estancias, ya se han retirado las diferentes capas de tierra asociadas al derrumbe del piso superior del edificio con su correspondiente decoración pictórica.
En este momento, sólo quedan las pinturas de los tabiques que compartimentan la planta baja y que cayeron sobre el suelo de la sala, tras el incendio que a finales del siglo III arruinó el edificio, del cual nos quedan las vigas y tablas de madera carbonizadas sobre el suelo.
Los fragmentos de pintura más espectaculares se han descubierto en la sala que cierra el complejo por el norte. Esta habitación presenta un estado de conservación excepcional, que está permitiendo recuperar la pintura del piso superior en grandes fragmentos. Tras el incendio del edificio, los paños decorativos se deslizaron sobre los muros de la planta baja o bien cayeron en grandes placas como la que estos días están recuperando los restauradores. Una de ellas parece corresponder a un tabique interior del primer piso, donde alternan grandes paneles decorativos pintados en rojo, silueteados por bandas azules que marcan la separación con los interpaneles.
Los interpaneles son cuadros rectilíneos, mucho más estrechos que los anteriores, donde sobre un fondo negro se dispone una decoración de desarrollo vertical compuesta por un tallo vegetal adornado con cintas y varios pajaritos en los que se advierte sutilmente el plumaje dibujado con finos trazos blancos.
