Romina Lorena Novoa es la cara visible del negocio homónimo que regenta, Romina´s Bakery and Coffee, aunque el verdadero artífice del mismo, como ella confiesa es Marcos, su marido, quien siempre había tenido revoloteando en su cabeza esta idea empresarial, y fue la crisis, la que finalmente desencadenó su puesta en marcha en marzo de 2013. Somos jóvenes y teníamos fuerzas y muchas ganas, así que decidimos seguir adelante.
Emplazado en un entorno privilegiado, en la calle Mayor n° 5, junto a la Plaza del Ayuntamiento y con vistas al puerto de Cartagena, este minúsculo local de apenas 60 metros cuadrados esconde en sus paredes todo un sinfín de productos, tanto salados como dulces, que ponen en un serio aprieto a los paladares de sus clientes.
Con timidez, aunque a medida que avanza la conversación Romina se siente más cómoda, afirma que la idea era poner un punto caliente, de take away, dirigido principalmente a los trabajadores de los comercios y oficinas de la zona. Así pueden trabajar más cómodos, añade, mientras cuenta que los cruceristas llegan a la ciudad con el todo incluido y que prefieren comprar ropa o souvenirs.
Como en tantos otros negocios que han abierto sus puertas en 2013 o que ya se han consolidado con el paso de los años, la Agencia de Desarrollo Local y Empleo de Cartagena del Ayuntamiento de Cartagena (ADLE), también ha jugado un papel decisivo en lo que sería la trastienda de esta panadería. En palabras de Romina, la ADLE no sólo les ayudó en el asesoramiento fiscal, sino que también les marcó las pautas para evaluar la zona en cuestión y realizar un estudio de mercado con el que conocer la viabilidad del proyecto.
Tras esbozar los entresijos de este negocio, es necesario detenerse en la amplía carta gastronómica que ofrece a sus clientes y, en la que el reclamo estrella no es tanto el producto, sino el precio y las diferentes promociones ofertadas tanto en el desayuno como al mediodía. Por ejemplo, caña y tapa por 1,40 euros.
Uno a uno, Romina, que se estrena en el mundo de la hostelería, va detallando sus manjares. Empieza por los panes, la baguette clásica, el pan de tres fermentaciones, de queso, de 14 cereales reducido en sal pensado para los deportistas, de olivas de Kalamata o de chocolate con naranjas, éstos dos últimos por encargo, resalta.
Le siguen los tradicionales crespillos, las roscas, una variedad de empanadillas como criolla de pollo que es de las más demandadas, de ternera, la clásica de atún y huevo, y las próximas en entrar, de morcilla y jamón y queso. Continuando con la oferta salada, destacan el pastel de carne, la pizza, los bocadillos o ensaladas.
Todo menú que se precie finaliza con un buen postre, y es en este punto cuando Romina subraya que el café es uno de los pilares de su negocio. Los granos se muelen en el momento consiguiendo un sabor más intenso, explica con una enorme sonrisa. Y de acompañamiento, pues los clientes pueden optar por tulipas, cookies o el triángulo choco dúo.
Siguiendo el proverbio de renovarse o morir, y más en tiempos de crisis, sostiene que van a empezar a elaborar ellos mismos sus productos iniciándose con los cupcakes y los rollos de navidad. Además, este fin de semana acudirá a un curso en Barcelona con la finalidad de incluir en su panadería-cafetería productos para celíacos y diabéticos.
Apenas cinco mesas tiene en la calle, pero el trasiego de gente entrando y saliendo no cesa, sobre todo al mediodía y la hora del café. Además, cuenta con una pantalla de plasma que permite consultar los diferentes precios. Las puertas de Romina´s Bakery and Coffee permancen abiertas de lunes a domingo, desde las 8 a las 22,30 horas.