La actual situación económica y medio ambiental, en el que los países miran hacia el Protocolo de Kito cuyo objeto es poner freno al calentamiento global, ha abierto al Ayuntamiento la puerta para la implantación de sistemas alternativos de combustible para su Parque Móvil. Así, de aquí a final de año, terminarán de adaptarse 61 vehículos municipales, la mayoría del Servicio de Brigadas y la Policía Local, que reúnen las características idóneas para funcionar a gas.
Para poner en marcha esta medida, el ayuntamiento sacó a licitación pública el contrato Servicio de Adaptación de Vehículos Municipales a Combustibles Alternativos (GLP), que se adjudicó a Inmotor Cartagena S.L. por 125.477 euros.
La adpatación consiste en la colocación de un depósito de gas, que se rellena en estaciones de servicio, y el acondiconamiento del sistema de carburación, de tal manera que el vehículo utiliza gasolina para arrancar y el gas, una vez que ha iniciado la marcha.
En torno a la mitad de estos 61 vehículos ya funcionan con gas, y el resto se irán modificando hasta final de año. Esto supondrá un ahorro importante, tanto de mantenimiento de los vehículos como de gasto de combustible.
Así, entre las ventajas económicas destaca el ahorro del 40 por ciento en suministro de combustible, estimado en unos 60.000 euros al año, cifra que se fundamentan en el hecho de que los vehículos incluidos en esta actuación, todos de gasolina, consumen unos 100.000 litros anuales, y mientras que el litro de gasolina está en torno a 1,40 euros, el de GLP está a 0,78 euros. De este modo, se recuperará la inversión en dos años.
Además, los vehículos que se mueven con gas duplican la duración del motor debido al menor desgaste de cilindros y segmentos, y a que el gas, al ser más limpio, deja menos depósitos en el aceite, ahorrando, de este modo, en el mantenimiento al reducir el número de revisiones y de cambios de aceite y filtro.
Hasta aquí las ventajas económicas, a las que hay que sumar las ventajas medio ambientales, y es que con la instalación de GLP como combustible alternativo, se reducen las emisiones de CO2, de las 237 toneladas actuales a 201 toneladas, lo que supone un 15 por ciento menos.
A esto hay que añadir que reduce en un 68 por ciento los Ã"xidos de Nitrógeno y en un 50 por ciento los ruidos, no libera partículas cancerígenas y no contiene compuestos de azufre o plomo.
Esta actuación forma parte del plan de acercamiento de Cartagena a las denominadas smart cities o ciudades inteligentes, en las que impera el ahorro energético y la movilidad sostenible, con servicios públicos eficientes y comprometida son su entorno, un modelo urbano al que el Ayuntamiento no se siente ajeno.