Con motivo de la apertura del edificio, el próximo miércoles, para albergar uno de los conciertos del Cartagena Jazz Festival, el Ayuntamiento ha puesto a punto los elementos de protección contra incendios que convierten a esta infraestructura en una de las más seguras de la ciudad
El Auditorio y Palacio de Congresos El Batel está a punto de abrir sus puertas. Lo hará el miércoles 16 de noviembre con motivo de la actuación del músico Ryuichi Sakamoto dentro del Cartagena Jazz Festival, con los más modernos sistemas de seguridad y protección contra incendios, en cumplimiento de la actual normativa, según ha señalado el concejal de Seguridad, Mariano García Asensio.
Si el edificio está preparado para albergar, en su sala principal, a 1.400 personas, y algo más de 400 en la pequeña, también lo está para garantizar su seguridad ante la posibilidad de que se provocara un fuego. Para ello, además de los tradicionales extintores, perfectamente señalizados, se ha instalado un gran depósito de acumulación de agua, de 120 metros cúbicos, que garantiza el abastecimiento de agua necesario para cualquier siniestro.
También en caso de incendio en los escenarios se dispararían automáticamente una serie de cortinas de agua mediante rociadores que garatizan la extinción de cualquier conato.
Tener medios para apagar un fuego es importante, pero detectarlo aún lo es más, de ahí que se haya puesto en marcha unsistema de detección que tiene como elemento principal una Central de Detección Automática de Incendios Esser de Honeywell, que incluye un programa de gestión de detección y apertura y cierre de puertas, las cuales también se pueden abrir mediante llave magnética y llave manual.
Así, el edificio está concebido para que, en caso de emergencia, todas las puertas que están integradas en el programa de gestión o las de llave magnética, se abran automáticamente y permitan la salida del público al exterior, lo más rápidamente posible.
Los detectores instalados juegan, pues, un papel muy importante y los hay de varios tipos según las zonas. La mayoría son del tipo óptico que detectan humos desde el techo, excepto en los lugares donde pueden dar lugar a falsas alarmas, como el escenario, donde el humo suele emplearse para los espectáculos. En este caso se han instalado detectores de aspiración.
Ya en las zonas donde hay mayor dificultad para la detección, como las de grandes alturas, se han dispuesto detectores debarreras de infrarrojos, lo último en tecnología aplicada la protección contra incendios.
Un edificio, como ha destacado el concejal Mariano García, seguro por dentro, pero también seguro por fuera, ya que se ha trabajado en la vigilancia ante posibles visitas de los cacos. En este sentido, el edificio está equipado con cámara de infrarrojos y monitor, detectores de apertura tanto por contacto magnético como de infrarrojos pasivos y microondas Doppler, una centralita y un ordenador.