Hay discos que son parte de la historia de la música popular y sin duda La leyenda del Tiempo, de Camarón, forma parte de esta categoría. Hace treinta años que el mundo del flamenco se revolucionó con este disco que hoy miércoles 13 de julio será homenajeado en La Mar de Músicas con Duquende y Silvia Pérez, al cante, Chicuelo a la guitarra y Rafaela Carrasco al baile. El concierto, a las 23,00 horas, ha sido trasladado al Auditorio Parque Torres por la gran demanda en la compra de entradas. Cuesta 18 euros. También hoy, pero en la plaza del Ayuntamiento y a las 20,00 horas, actuarán los italianos Nidi D´Arac.
Antes de convertirse en ese mito llamado Camarón, José Monge Cruz fue un niño rubito que cantaba mientras soñaba con ser torero. El 2 de julio de 1992 dejó este mundo. Lo hizo en un hospital de Cataluña a mil kilómetros de San Fernando, la ciudad de la provincia de Cádiz donde había nacido. Tenía 41 años.
En su biografía, Francisco Peregil dice de él: Fue yunque, fragua y alcayata, y también billares, hachís, bocadillos, cocaína, papel de aluminio, ácidos, y tabaco rubio americano, Mercedes Benz, galas en América.... Miguel Mora y José Manuel Gamboa escribieron que su arte mezclaba rigor e imaginación, clasicismo y ternura, revolución y potencia, sabiduría e instinto. Y como cantante no le faltaba nada: tenía una afinación prodigiosa ¿oído absoluto-, sabor y transmisión, una musicalidad única y una voz inconfundible. Luego estaba su valentía para arriesgar, inventar y abrir nuevos caminos: no había límites.
En 18 discos y unas 200 canciones ha quedado grabada la voz de ese hombre que decía el cante es nuestro, el cante es de los gitanos o yo de quienes he aprendido en realidad ha sido de los viejos. El poeta y flamencólogo Carlos Lencero, autor de una biografía de Camarón, escribió sobre La leyenda del tiempo: No sólo es uno de los discos de flamenco mejor cantados y tocados, sino también una experiencia muy fuerte. Juntar una formación de jazz-rock con Camarón, que no hablaba ni para dar los buenos días, y además introducir una serie de poetas en sus letras, era para romper moldes.
La portada: una fotografía que hace Mario Pacheco de un Camarón con barba y pelo largo y el cigarrillo en la comisura del labio. La producción de Ricardo Pachón rodea a Camarón y Tomatito de batería, guitarra y bajo eléctricos, teclados, flauta, un sitar... Ahí están, en los viejos estudios Philips de la Avenida de América, Raimundo Amador, Gualberto, Jorge Pardo, Rubem Dantas, José Antonio Galicia y Antonio Moreno, Manolo Rosa, los hermanos Marinelli, Pepe Roca, Pepe Ébano y las palmas de Guadiana, Manuel Soler, Enrique Pantoja, Carmen Heredia y Ramón Jiménez. En 1979, todos ellos, dejaron sus nombres en la historia.
El revolucionario disco -Sgt Peppers del flamenco, como lo definieron algunos- incluye la bambera en tiempo de jaleo que le da título, las bulerías Romance del amargo, Homenaje a Federico y Viejo mundo, unas cantiñas -Mi niña se fue a la mar-, las alegrías Bahía de Cádiz, Tangos de la sultana¿ Nana de caballo grande, La tarara y la rumba Volando voy.
Con las guitarras de Paco de Lucía y Tomatito, Camarón marcó un antes y un después. Con el hijo de la Lucía, en 1969 y él con 18 añitos, grabó su primer disco en pareja. Diez años juntos hasta que Tomatito tomó el relevo en La leyenda del tiempo. Según Lencero corrían varias versiones sobre el primer encuentro entre Camarón y Paco de Lucía. Una dice que coincidieron en una fiesta y que Paco le pasó la guitarra a Cepero porque no quería tocar para él. Entonces Camarón se pilló un rebote, agarró la guitarra y dijo: ¿No se molesten que ya me tocaré yo. Otra cuenta que, una noche de borrachera, se liaron a tocar en casa de Parrilla de Jerez y que ahí surgió ese amor a primera vista.
Enrique Montiel, productor con Ricardo Pachón de En la venta de Vargas, grabado en La Isla, en el local donde comenzó a cantar, cuando Camarón tenía 17 años, dice que el mito está vivo y, como en el caso de Gardel, cada día canta mejor. Es un mito que se retroalimenta. Cuando se haga un resumen de la historia musical, en sus diferentes estilos, los siglos depurarán y filtrarán a los grandes. Y Camarón estará ahí.
La leyenda del tiempo que se presenta en Cartagena es una producción del Taller de Músics de Barcelona, que recrea los cortes del disco y añade temas compuestos especialmente para el espectáculo. Al mando, el guitarrista Chicuelo, Juan Gómez, que cuenta con Duquende, y nadie mejor para este homenaje que el cantaor de Sabadell. Con Duquende está Silvia Pérez Cruz -la voz de Las Migas- y, para el baile, Rafaela Carrasco.
NINI D´ARAC
Estos italianos se dejaron ver (y escuchar) en el Womex, están incluidos en los carteles de los Womad y acaban de actuar en el Festival de Jazz de Montreux. Ian Anderson, director de Folkroots, les dedicó unas líneas muy alentadoras en su revista. Los Nidi D´Arac han participado en ¿La Notte della Taranta¿ y han sido teloneros de Simple Minds o Robert Plant.
Son de la Italia del sur, del tacón de la bota, de la región de Apulia (Puglia, en italiano), donde dejaron sus huellas griegos, romanos, godos, lombardos, bizantinos, normandos, turcos, españoles o franceses. Desde el principio han escarbado en las tradiciones musicales de su tierra, las canciones de trabajo y de amor, con recursos de la electrónica. Verificable en discos como St. Rocco¿s rave o Taranta container, editado en 2010 con nuevas grabaciones de canciones publicadas anteriormente, más próximas ahora a la atmósfera de concierto, y con Cerchio si apre cerchio si stringe, de Vinicio Capossela.
Están juntos desde 1998 y, como se lee en el programa de Montreux, su propuesta sería una especie de rave musical étnica en la que las viejas partituras de pizzica se funden en los ritmos digitales de trance: visión contemporánea de los ritmos de la pandereta de Salento usados, con la inestimable ayuda de San Pablo, contra la picadura de la tarántula. Arañas al margen, música para el baile y la fiesta es la que ofrece esta versátil banda italiana que dirige Alessandro Coppola, de Lecce, cantante, guitarrista y panderetero. Con él, el acordeón de Claudio Prima, el dub master Daniele Tortora, el bajo de Edoardo Targa, el violín de Elena Floris, las percusiones de Filippo Schininà y la voz y coreografías de Vera Di Lecce.
La idea que guía a Coppola, que empezó en el punk y el rockabilly, es interpretar el pasado de Italia y la música tradicional a la manera en que sus compatriotas más jóvenes perciben hoy la cultura.