La concejala de Cultura, Rosario Montero, ha inaugurado hoy en el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Cartagena, una exposición de imágenes de La Manga que podrá visitarse hasta el día 31 de enero y que son otra manera de acercar a los cartageneros una parte de la ciudad y cómo ha ido evolucionando, lo que traerá muchos recuerdos a más de uno, ha destacado Montero.
La presente exposición nos devuelve las imágenes de una Manga que hoy ya no existe, mostrando el comienzo de su transformación urbanística. Está formada por unas 70 fotografías de la colección cedida por Antonio Solano Oliver, que registran paso a paso el proceso de urbanización entre 1963 y 1980. Estas fotografías forman parte de unas 400 que han sido cedidas para su digitalización, de manera que pasarán a formar parte de los fondos del Archivo y podrán ser utilizadas por los investigadores.
Además, tal y como apuntaba el jefe de Archivo y Publicaciones del Archivo Municipal, Alfonso Grandal, para completar la exposición, a las fotografías se han añadido algunos materiales curiosos pertenecientes al Archivo Municipal, como son el expediente de la tala de La Manga de 1582, un mapa de 1884 y El Noticiero del 21 de febrero de 1963.
DE LAS DUNAS A LA SATURACIÃ"N URBANÃSTICA
La Manga del Mar Menor es un cordón litoral de 21 kilómetros de longitud, que se extiende en dirección sur-norte desde el cabo de Palos hasta las salinas de San Pedro del Pinatar. Con una anchura de entre 100 y 1.200 metros, separa el mar Mediterráneo del Mar Menor. Este cordón litoral cubierto de arena estaba, en su parte más ancha, originariamente revestido de una densa vegetación consistente en el llamado pinarete de las salinas, en la entrada sur, seguido de un sabinar litoral sobre las dunas, donde dominaban las sabinas y los enebros. Algo parecido sucedía en la parte norte, con el pinatar y más sabinares.
En 1582 se mandó talar por el concejo de Cartagena la zona boscosa de la entrada, por la amenaza que suponía para cuantos por allí transitaban y para la escasa guarnición de la torre del cabo de Palos, ya que en la espesa vegetación se emboscaban los corsarios argelinos.
Desde entonces fue decayendo la cubierta forestal, hasta quedar un despejado paisaje arenoso apenas salpicado por algunas manchas de vegetación, que se han conservado mejor en la parte de San Pedro. El espectacular conjunto formado por el Mar Menor, las islas y La Manga, tal como quedó a fines del siglo XVII, permaneció casi intacto hasta los primeros años de la década de los sesenta del siglo XX, momento en el que comenzó la urbanización de la zona.
Al principio se trataba de actuaciones poco extensas y de indudable interés arquitectónico, pero en la década siguiente se producirá una desenfrenada carrera por edificar de cualquier manera todo el espacio disponible, hasta llegar, a principios del siglo XXI, a la saturación que podemos contemplar hoy. Solo una reducida extensión de terreno en el extremo sur y otra algo más amplia en el norte, han sido salvadas de la suerte general para dar un pobre testimonio de lo que fue La Manga.
La exposición puede visitarse de lunes a viernes de 9 a 13,30, por las mañanas; y por la tardes, apartir del 11 de enero, los martes, miércoles y jueves, de 17 a 19,45 horas.