Rodríguez ha indicado que no abandonarán este emplazamiento hasta que el responsable de la dirección, Francisco José Espejo, les explique por qué ha otorgado la evaluación de impacto ambiental a la incineradora, que se dedicará al tratamiento de residuos como aceites contaminados, disolventes, plaguicidas, pesticidas, material electrónico, barnices y pinturas.
Ha señalado que esta infraestructura supondrá un "grave riesgo" para la salud de los vecinos que residen en los lugares más próximos al Valle de Escombreras, como Alumbres, Vistalegre, Santa Lucía y Lo Campano, al tiempo que ha advertido de que la contaminación derivada de la incineración se sumará a la de otras empresas "nocivas y peligrosas" instaladas en la zona.
A su juicio, la citada dirección no ha tenido en cuenta al conceder evaluación de impacto ambiental los principios de precaución y prevención en materia de medio ambiente que fueron recogidos en el Consejo de Europa en 2002, ni las alegaciones presentadas contra la incineradora, ni tampoco el hecho de que el Valle ya sufre una gran presión industrial.