El concejal del Grupo Municipal Socialista Francisco Martínez denuncia que los residentes de La Manga “se ven obligados a pagar más impuestos que el resto de ciudadanos del municipio por tener los mismos servicios”. El edil recuerda que en el Pleno municipal de julio del pasado año preguntó cuándo se iban a arreglar los 50 metros de la Gran Vía que transcurren en las proximidades de la urbanización Tesy II y que el equipo de Gobierno del PP le contestó que era inminente el arreglo. “Lo cierto es que el tramo sigue un año más sin arreglar y que resulta muy peligroso para los peatones que a diario se juegan la vida sorteando los coches que desde la Gran Vía giran hacia la calle que accede a los hoteles y a la urbanización Tesy II”, calle de servidumbre muy sucia en la acera izquierda y por la que no pasan las brigadas de limpieza, al igual que los accesos y el solar próximos al cine de Puerto Bello.
“Además, los usuarios de la playa de Puerto Bello tienen que soportar los residuos que vierten los barcos del puerto deportivo y todos los que desprenden las motos náuticas y barcos que a diario se botan al mar, cuyo número ha aumentado considerablemente desde que otros municipios han optado por cobrarles por sacar la embarcación del mar”. Martínez asegura que “este descontrol lo único que puede provocar es un accidente. Para colmo, las personas que prefieren bañarse en aguas más limpias –la playa salvaje situada entre la playa de los Alemanes y la playa de Puerto Bello sólo encuentran suciedad y piedras cuando con poco dinero se podía acondicionar para el baño”.
El concejal socialista pone de manifiesto también el problema endémico en el que se ha convertido el mal olor procedente de la estación de bombeo situada en el canal de Marchamalo que afecta a los residentes, peatones, comerciantes y clientes de la zona y que podría solucionarse con bombas más potentes o inyectando oxígeno.
Francisco Martínez lamenta también que, un año más, siga cerrado el Servicio de Urgencias del Centro de Salud del Cavanna, pese a que ya denunció su cierre el año pasado, e insiste en la necesidad de que permanezca abierto máxime cuando a las horas punta la Gran Vía está saturada de vehículos y los ciudadanos tienen que optar por desplazarse a Cartagena o al Centro de Salud Costa Cálida de San Javier.
Por último, el edil comenta la necesidad de que haya vigilancia directa de la Policía Municipal en las playas, esencialmente en las situadas en el Mar Mayor, ante la oleada de robos, ahogados e imprudentes que ponen en peligro no sólo su vida sino la de los voluntarios de Protección Civil.