El cambio de imagen no cambia a la persona. Con el pelo muy corto, la escritora Espido Freire se ha presentado en Cartagena para transmitir su gran claridad de ideas, las que viene defendiendo desde siempre: el principal consejo para quien quiera dedicarse a la literatura es el de tomárselo en serio, como un trabajo, no como una simple afición, error en el que caen muchos otros escritores.
Es su opinión y así lo enseña desde ayer a las 25 alumnas y 5 oyentes que asisten al curso de creación literaria que imparte en la Concejalía de la Mujer, dentro de las actividades organizadas durante este mes de marzo, un curso intensivo que finalizará mañana miércoles.
A pesar de su juventud, Freire lleva once años publicando libros y nueve dando clases de creación literaria, faceta esta última a la que trata de dar un sentido en la vida diaria de las personas que pasan por sus cursos, encontrar una rentabilidad económica, aprender a expresarse y utilizar estos recursos para desenvolverse en el ámbito de la empresa, donde siempre es necesario disponer de una cultura general.
Lo que Espido Freire imparte son cursos, no talleres. Según la escritora, los segundos son más democráticos, los alumnos participan más, pero ella prefiere los cursos, en los que el los participantes escuchan y aprenden, absorben la información para luego investigar por su cuenta, y el profesor es el que trabaja, no es un espectador pasivo y perezoso.
En el curso que se está desarrollando en Cartagena, el perfil de los alumnos es de lo más variado: amas de casa, periodistas, profesores, gente que ha publicado ya y gente que no lo ha hecho nunca, y han sido seleccionados los mejores entre una avalancha de solicitudes que llegaron a la concejalía nada más abrirse el plazo el pasado mes de noviembre.
En cuanto al desarrollo de las clases, Espido Freire pone deberes y ejercicios literarios a sus alumnos, mayoritariamente mujeres, que luego corrige personalmente. En ellos trata de fomentar la empatía (por ejemplo, ponerte en el lugar de una persona a la que odias) y del autoconocimiento (ser capaces de ver nuestros puntos fuertes y los débiles).
La escritora bilbaína, invitada de lujo tal y como expresaba la concejala Rosario Montero, y unida a nuestra ciudad por lo que considera un vínculo afectivo ajeno a mi vida por el hecho de que su padre hizo la mili en Cartagena, no descarta repetir esta experiencia, aunque todo dependerá de los resultados de una iniciativa que solo unos cuantos, de momento, pueden disfrutar.