Djavan es otro de esos hombres sobrenaturales que Dios regala a la Tierra. Sus composiciones de enorme belleza, embelesan al público. Nacido a mediados de siglo XX en uno de los estados más pobres de Brasil, Alagoas, es uno de los más relevantes y creativos músicos de nuestro tiempo. Hasta Caetano Veloso, sorprendido por sus composiciones acuñó el termino djavanear. Su obra mezcla la música popular de Brasil, con ritmos africanos y caribeños y con cierto toque de jazzk, r&b, pop y rock. Sus canciones han sido interpretadas por artistas como Simone, María Bethãnia, Chico Buarque, Caetano Veloso, Ana Belén, Mercedes Sosa, Gal Costa… Un hito de la música popular brasileña, es el más grande, de la época post Veloso. Viene a Cartagena a presentar su último disco Matizes, pero seguro que regalará a los oídos de quienes se acerquen esa noche, melodías ya tan populares como Flor de lis, Samurai, Eu te devoro, Seduzir, Lilás y Dorme Sofía. La noche se completa con una de las revelaciones musicales del pasado año en Brasil La Orquestra Imperial y el hijo de uno de los más grandes músicos de Mali, Ala Farka Touré, Vieux Farka Touré. Los conciertos, mañana 12 de julio, comienzan a las 23:00 horas. El precio de la entrada es 20 Euros.
Con más de treinta años sobre los escenarios, un artista como el brasileño Djavan Caetano Viana (Maceió, 1949) suma cuando escribe o interpreta una nueva canción. Y él no ha dejado de hacerlo. Viene a La Mar de Músicas a descubrir en directo las que ha incluido en su último disco, Matizes. Es el número dieciocho en su discografía, los tres últimos (Matizes, Djavan na pista, etc. en 2005 y Vaidade en 2004) en su propio sello, Luanda Records, parte de un pequeño emporio que incluye su propio estudio de grabación, productora y editora.
Djavan ha invertido en confortabilidad a la hora de enfrentarse a sus discos, pero también ha apostado por su propia marca en tiempos difíciles. Él permanece ajeno a la parte de la industria que se derrumba. Sus canciones forman parte del repertorio de los más grandes. Más de cuarenta y cinco artistas con Gal Costa, Lenine, Caetano Veloso o Maria Bethânia a la cabeza. No en vano hablamos de un artista incluido por generación en la corriente tropicalista del propio Veloso, Toquinho, Nascimento, Gil o Joao Bosco.
Acude a su niñez para explicar su heterodoxia: bossa nova, jazz, flamenco, música africana, baiao, pop o samba son sólo algunos de los géneros que forman parte de su acervo musical. Y él mismo es ya historia de la música tras haber firmado canciones como Meu Bem Querer, Sina, Esquinas, Lilás o Flor de Lis, que apareció en su primer álbum A voz, o violão e a arte de Djavan publicado en 1976, tres años después de haber llegado a Río de Janeiro y donde, además de cantar en clubes nocturnos, ganó sus primeros certámenes musicales. Samurai (1982), en el que colaboró a la armónica Stevie Wonder, fue su gran lanzamiento fuera de Brasil. Un año después vendrían el Avery Fisher Hall de Nueva York y el Festival de Jazz de Montreaux. Ha llovido desde que en el 99 grabara su primer disco en directo, Djavan Ao Vivo, en el que recoge toda su trayectoria musical de Flor de Lis hasta A carta, Grammy latino en la categoría de Mejor Canción Brasileña.
Antes de que Djavan aparezca sobre el escenario, el público compartirá el sueño de los miembros de la Orquesta Imperial, integrar un gran orquestra tradicional brasileña. Un grupo de amigos provenientes de varias escenas musicales de Río, decidieron hace cinco años formar esta mezcla de djs de moda, músicos de nueva generación, mujeres eclécticas, veteranos y sambistas tradicionales. Más de 19 músicos reunidos para tocar sambas, boleros, bossa nova, hasta canciones infantiles o rockeras. Su música es un viento de libertad. La Orquestra Imperial celebra la samba de la calle, sutil y progresista, ofreciéndonos no una fotografía sepia sino un calidoscopio energético del talento creativo brasileño. Entre sus miembros se encuentran tres grandes de la nueva escena musical brasileña como Moreno Veloso, Kassin y Domenico Lancelotti, que actuaron en la edición del pasado año acompañando a Adriana Calcanhotto.
Hijo del mítico y ya legendario Ali Farka Touré, una de las figuras principales de la música de Malí, a Vieux pese a sus apellidos le costó iniciarse en el mundo de la música. Su padre prefería que fuese militar, para no tener que sufrir las dificultades por las que él pasó. Tuvo que mediar otro de los grandes, Toumani Diabaté, para que este consiguiera el permiso paterno y entrar a formar parte de la Symmetric Orchestra de Toumani. Vieux recientemente se decidió a formar su propia banda, y en su música destaca la guitarra y su tono juvenil de voz. La antorcha parece que ha encontrado quien la siga paseando, la luz y el brillo de Ali, seguirá su camino con el trabajo de su joven hijo.