La heredera del cabaret berlines, Ute Lemper, viene al festival La Mar de Músicas de Cartagena a darle un tributo a la chanson francesa

El concierto será a las 23:00 horas en el Auditorio Parque Torres mañana jueves

Ver y oír a Ute Lemper es enamorarse. Heredera del cabaret berlinés y de la chanson francesa, es la cantante que reúne en su voz y en su actuación a las mejores cantantes que son y han sido: el dramatismo de Edith Piaf, la musicalidad de Lotte Lenya, el magnetismo de Marlene Dietrich y la profundidad de Sarah Vaughan. Y sin embargo, es algo más que todas ellas juntas. Su fama y su éxito son el resultado de una innegable calidad artística e interpretativa, pero también de su compromiso apasionado con el arte, la política, la historia y de la relación compleja y polémica con su patria –Alemania-. Ute Lemper atraviesa longitudinalmente el tiempo histórico –desde el cabaret alemán al musical norteamericano contemporáneo-, las lenguas –canta en alemán, en húngaro, en yiddish, en árabe, en inglés y en francés- y las culturas: se inspira en Kurt Weill, en Brecht tanto como en Leo Ferré, Jacques Brel o Tom Wait. También destaca en cine y teatro. Hasta Maurice Béjart compuso para ella el ballet La Morte Subite. Y participó en montajes de Pina Bausch. Ute Lemper brilla especialmente en el repertorio alemán de entreguerras. Son famosas sus interpretaciones de composiciones de Kurt Weill, así como de otras que interpretaron en su día Marlene Dietrich o Edith Piaf, y homenajeando a la canción francesa, se acerca a Cartagena mañana jueves 10 de julio en el Auditorio Parque Torres, dentro del festival La Mar de Músicas. El concierto será a las 23:00 horas. El precio de las entradas 18 Euros.

La llegada de Ute Lemper al panorama internacional supuso un pequeño terremoto. No es frecuente encontrar casos como el suyo. Cantantes que traspasen con criterio las fronteras de la música culta con la popular en un camino de ida y vuelta. Habría que remontarse a Lotte Lenya (mujer y musa de Kurt Weill) o Cathy Berberian (mujer y musa, asimismo, de Luciano Berio) para encontrar un ejemplo de su altura.

Ute nació en Münster (Alemania) en 1963. Después de graduarse en la Academia de la Danza de Colonia y en la Escuela Seminario de Drama de Max Reinhardt en Viena, comenzó a actuar en Stuttgart con papeles en obras de Fassbinder y otros autores comprometidos intelectual y artísticamente. Su carrera de actriz se orientó, en un primer momento, al teatro musical, que la llevó a interpretar el papel de Velma Kelly en el musical Chicago (Londres, Nueva York, Las Vegas), Lola en El Ángel Azul (donde comienza su historia de amor con la figura de Marlene Dietrich), Peter en Peter Pan (ambos en Berlín), Cats en Viena y Sally Bowles de Cabaret en París.

Una vez obtenidas las tablas necesarias comenzaría su verdadera carrera. Una carrera nacida de un compromiso con el arte, la política y la historia y fuera de pretensiones y complicadas relaciones con su tierra natal y su pasado. Su repertorio incluye canciones de cabaret de Berlín y la obra de Bertolt Brecht y Kurt Weill. Pero, además, ha encontrado en la chanson francesa un perfecto vehículo de expresión artística.

Su estilo refinado ha dejado ejemplos en versiones tanto de Tom Waits, Elvis Costello o Nick Cave como de Piaf, Prévert, Gainsbourg o Brel. Pero para una artista inquieta como ella no es suficiente. Maurice Béjart creó para ella el ballet La Muerte Súbita, por el que fue premiada como bailarina en París en 1990. Y pinta. Sus cuadros están colgados en el Instituto Goethe de Washington y en el teatro de la Villa de París.

Su discografía refleja todos estos contrastes. Illusions, su primer gran éxito, era un homenaje a Piaff y Dietrich. Luego vendrían Songbook, con temas de Michael Nyman con textos sobre el holocausto en Rumanía, City of Strangers, con canciones de Jacques Prévert enfrentadas a otras de Stephen Sondheim, la versión de La Ópera de los Tres Peniques, de sus admirados Berthold Brecht y Kurt Weill, o But one day, en el que incluye, por primera vez, cinco composiciones suyas. Todos ellos parte de una serie de discos muy bien diseñados.

¿El secreto? Una voz flexible, de gran estabilidad y equilibrio. Un instrumento privilegiado en el que la técnica ha dejado una huella que le permite, al margen de su preparación y naturaleza, brillar en todo lo que se propone.

La Mar de Cine

Nuevo Teatro Circo. 19:30 horas

Tout est pardonné

Dirección y guión: Mia Hansen-Løve

2007. Francia-Austria. Duración: 1:45 minutos. Producción: David Thion Fotografía: Pascal Auffray Intérpretación: Paul Blain, Marie-Christine Friedrich, Victoire Rousseau, Constance Rousseau, Carole Franck, Olivia Ross

SINOPSIS

Mia Hansen-Løve es una directora debutante de 27 años, con experiencia previa como actriz y crítica cinematográfica. Acaso por todo eso, es capaz de poner en evidencia la falsa radicalidad de tanta puesta en escena pensada exclusivamente para festivales de cine. En Tout est pardonée cuenta más de diez años en la vida de una pareja, una austríaca y un francés que al comienzo del film tienen una hija de seis años, pero lo hace en base a viñetas y elipsis. Los episodios que elige contar son eso, episodios: no hay condensación de tragedias ni de alegrías, no hay cálculos ni hacia el lado hiperbólico ni hacia el letargo; pura vida, eso es lo que hay en un relato cuyo tono puede ser definido como milagroso si se tiene en cuenta que los componentes que enrarecen la relación entre Victor y Annette tienen que ver con la heroína y el adulterio. Tampoco hay condena en el film (así como no hay celebración): la directora apostó a poner la cámara al servicio de la historia que quería contar, y el morbo y el sensacionalismo quedaron fuera.

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