La Muralla Púnica fue el escenario donde se dieron a conocer el lunes los resultados del estudio sobre Arqueoastronomía en Cartagena, una conferencia que sirvió para mostrar el fruto de los trabajos promovidos en octubre de 2013 por Cartagena Puerto de Culturas, junto con la Asociación Astronómica de la ciudad, para analizar la topografía y los principales conjuntos religiosos de las ciudades púnica y romana, republicana e imperial, desde la perspectiva de la Astronomía Cultural.
Dichos trabajos se llevaron a cabo en el equipo multidisciplinar formado por Juan Antonio Belmonte Avilés, del Instituto de Astrofísica de Canarias; Antonio César González-García, del Instituto de Ciencias del Patrimonio, (Incipit-CSIC); Andrea Rodríguez Antón, del Instituto de Astrofísica de Canarias; y José Miguel Noguera Celdrán, de la Universidad de Murcia.
Durante tres días, estos científicos midieron las orientaciones astronómicas de la ciudad antigua, en particular de diversos conjuntos del área del Molinete. Así, midieron la orientación del santuario púnico-romano de Atargatis y del templo itálico del santuario romano republicano, ambos en la cima del Molinete; de la plataforma y templo del Foro, el Barrio del Foro Romano y la cavea del teatro, todos ellos del siglo I d.C.
Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el casco histórico de Cartagena en las tres últimas décadas han permitido fijar con cierto grado de precisión la topografía y la urbanística de la ciudad en la Antigüedad púnica y romana, a la par que han puesto de manifiesto una serie de conjuntos de carácter ritual de igual cronología de gran interés.
La urbanística de la ciudad como sus edificios sacros fueron ritualmente inaugurados, así como orientados y planificados en atención a la observación del cielo y las estrellas por parte de los fundadores de la ciudad, sus sacerdotes, agrimensores y arquitectos.
Como resultado principal de estas mediciones, puede hablarse de la existencia de una orientación solsticial general que relaciona varios edificios y lugares sagrados.
Destaca de forma significativa la relevancia de una serie de orientaciones hacia la salida y la puesta del sol en el solsticio de verano, que tienen un sentido plenamente integrado dentro del mundo ritual púnico.
Posiblemente, tal sentido fue posteriormente incorporado y reinterpretado dentro del programa urbanístico-arquitectónico romano y en concreto el del período Augusteo. Así, por ejemplo, la orientación hacia la salida y la puesta del sol en el solsticio de verano parece que marcó el trazado del decumano máximo de la colonia romana, el cual pudo extenderse en el área occidental de la ciudad mediante la red de decumanos secundarios, que delimitaron manzanas en las cuales se encajaron los principales edificios del centro monumental, como el Teatro Romano.
Estos resultados que se dieron a conocer el lunes, serán objeto de publicación, tanto en revistas científicas como en artículos divulgativos.