La Mar de Arte continúa su programación dentro del Festival con la exposición Una jaula para vivir de la artista Carmen Calvo. El Palacio Molina acoge esta muestra desde este martes, 15 de julio, que nació como denuncia al maltrato infantil.
De una noticia de noviembre de 1997 sobre una niña que había sido encerrada en una jaula durante dos semanas surgió la idea de concebir esta exposición, tal y como relataba esta mañana la propia autora: Quería transmitir mi impresión y las emociones que había despertado en mí este suceso que aún, por desgracia, sigue vigente.
Una treintena de obras, la mayoría diseñadas a lápiz, conforman esta muestra en la que aparecen juguetes rotos o niños sin rostro, algunos con un toque de color, en rojo en la mayoría de las composiciones, y otros caracterizados en blanco y negro.
Una gran caja blanca es el eje central de esta exposición representando lo que en su día fue la jaula para esta niña. Con las mirillas que hay en todas sus paredes, el visitante descubrirá en su interior un espacio que se convirtió en un mundo paralelo para esta pequeña durante su encierro. Con juguetes despedazados y sonidos de muñecos acercan al espectador a este suceso y la denuncia de la artista.
Carmen Calvo, una de las artistas conceptuales más importantes del panorama español, vuelve a participar en el Festival con esta exposición tras el diseño de su cartel de La Mar de Músicas, destacaba la concejala de Cultura, Rosario Montero, durante la inauguración de este martes. Al acto también asistía el subdirector del Festival, José Luis Cegarra, quien animaba a los cartageneros a visitar esta muestra que es una oportunidad de oro para ver este arte.
Hasta el 31 de agosto estará abierta esta exposición en el Palacio Molina.
LA AUTORA
Carmen Calvo nació en 1950 en Valencia. Estudió publicidad con anterioridad a ingresar en la Escuela de Artes y Oficios y en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos, ambas en Valencia. Tras desarrollar su carrera artística en Madrid y en París, vuelve a su Valencia natal donde desarrolla toda su actividad artística y creativa desde 1992.
La originalidad y calidad de su trabajo fueron reconocidas rápidamente por lo que, en 1997, fue elegida para representar a España en la Bienal de Venecia, hecho que sirvió para impulsar su carrera artística internacionalmente. En el 2003 el Museo Reina Sofía, en el Palacio de Velázquez, le dedicó una exposición sobre su obra.