Pese a que los municipios de Ceutí y Molina cuentan con una oferta educativa más que suficiente entre los centros sostenidos con fondos públicos, la Consejería ha decidido ampliarla, no sabemos por qué oscuros motivos, infrautilizando los recursos de los que dispone y cerrando unidades.
En unos momentos donde la bajada de la natalidad, el retorno de los inmigrantes y la pésima gestión de la Consejería en el diseño de la oferta educativa de la Región, está obligando al cierre de unidades de infantil, la Consejería de Educación ha decidido conceder el concierto a centros privados en zonas donde no existe ninguna necesidad de nuevas plazas educativas.
La Federación de Enseñanza de CCOO denuncia que en el San Pablo CEU, son dos unidades de infantil de 3 años las que se van a concertar para el curso próximo, al mismo tiempo que se suprime una unidad de infantil en este nivel, de las dos de que dispone, en el CEIP Cervantes, centro este último que cuenta con un número de solicitudes más que suficiente para mantener su oferta actual el año próximo.
Así mismo, CCOO expone que en Ceutí ocurre algo muy similar, pues a partir el año que viene el Colegio Magda dispondrá también de dos aulas concertadas en infantil de 3 años, ocasionando los mismos problemas que antes describíamos para Molina. La singularidad de este municipio se encuentra en que hace apenas tres años se abrió el cuarto colegio público, además de que en la vecina localidad de Alguazas se encuentra un colegio concertado, el Vega de Segura, que garantiza la oferta para aquellos padres que no deseen este tipo de centros.
Para la Federación de Enseñanza de CCOO, la Consejería está condenando a una competencia absurda, que raya el canibalismo, entre centros sostenidos con fondos públicos. Implica también que la Administración renuncia a su tarea de planificación y organización para optimizar los recursos de los que dispone, anteponiendo los intereses de "unos pocos" al interés general.
La Federación de Enseñanza CCOO denuncia la actitud de la Consejería que por una parte cierra aulas en centros públicos y concertados, con los trastornos que esto ocasiona para las familias, y por otra concierta nuevos grupos en lugares donde la oferta es más que suficiente para satisfacer una demanda menguante de las familias.